“Una princesa en busca de enamorarse”
Por Claudia Cruz
[Con mucho cariño uno de mis cuentos, espero lo reciban con el mismo amor con el que lo escribí.]
Había una vez una princesa que un día simplemente amaneció con la firme decisión de enamorase, pensó que ya tenía edad suficiente, había conocido el mundo y a muchas personas, veía todos los días a través de la ventana de sus aposentos a las parejas que iban y venían enamoradas, así que ¿Porque no enamorarse ella? Pensó que si había requisitos que cumplir “ella los cubría”, no solo porque era hermosa, sino porque irradiaba alegría, despertaba todas las mañanas pensando que después de todo en su vida había muchas razones para ser feliz, entonces ¿Por qué no enamorarse?
El día que tomo esa decisión algo paso, tal vez el invierno y el frio que a pesar de su abrigo le calaba hasta los huesos, tal vez esas parejas a lo lejos o darse cuenta que algo le faltaba y quizá por eso ya no sentía la alegría de antes, no supo exactamente porque, solo tuvo el impulso de ir a ver a su padre y hablar con él. Cuando la princesa le dijo al rey su decisión este inmediatamente mando buscar a los príncipes mejores mozos y acaudalados de los castillos de los alrededores. ¡Sí que tuvo citas!, cada príncipe le ofrecía riquezas, viajes… en fin lo mejor, en las pláticas todos le hacían reverencias, cada uno le preguntaba como estaba, ella automáticamente decía que muy bien, al cabo de varias citas su padre le pregunto por quien se había decidido y ella le contesto: -Aun no lo sé. Su padre le dijo: ¿Realmente quieres enamorarte? Ella le contesto que sí, la verdad es que en el fondo tenía que reconocer que en su búsqueda sin éxito se había entristecido.
Su padre le aconsejo que fuera a ver a un viejo brujo muy sabio, que quizá èl tuviera la respuesta, ella acepto, el brujo cuando termino la princesa de relatar su historia saco una bola mágica y le dijo: Esta bola mágica te va a mostrar nuevamente los momentos que viviste con cada uno de los príncipes , solo tienes que observar dos cosas: Primero quién te miro a los ojos y a pesar de tu sonrisa noto la tristeza en tu mirada y dos todos seguramente te ofrecieron riquezas y todo lo que tu quisieras obtener “recuerda” con el corazón quien no te ofreció todo , pero te hizo sentir que tú lo eras todo , te aseguro que se trata del mismo príncipe. Sin duda después de ver la bola mágica, la princesa ya había elegido.
Nunca podemos saber con certeza si vamos a ser amados como esperamos, pero algo es probable, vamos a estar más cerca de nuestro verdadero príncipe o princesa, si lo que nos ofrece aun sin decirlo no lo podemos encontrar en nadie más, el tener acceso a nuestro corazón no significa que lo han conquistado, pero el abrirnos a la posibilidad amar es un buen principio, lo que hace especial a alguien en nuestra vida es que lo que nos dé o nos haga sentir nadie lo pueda suplir.