Superficial
Por Claudia Cruz
Hay cosas que no se pueden planear, programar o prevenir y estas son las circunstancias en nuestra vida.
Es curioso cómo nos es difícil aceptar esta realidad y siempre queremos controlar los pasos que damos y asegurar los resultados, esto invariablemente nos va a provocar frustración e inseguridad, porque las cosas no van a resultar exactamente como pensamos o queremos que ocurran y que fortuna que no sea así, tan solo imaginemos que aburrida sería nuestra vida ¿Cuál sería la diferencia entre un robot y nosotros? Se perderían las sorpresas, la espontaneidad, la incertidumbre…. etc, en fin nos llenaríamos de superficialidad y nos alimentaríamos de vacíos existenciales.
¿Qué pasaría con el amor, la amistad, el compañerismo, la hermandad, la colaboración y solidaridad?
En fin ¿Qué pasaría con todos esos sentimientos y emociones que nos hacen ser quienes somos, únicos e irrepetibles?
Lo único válido es el intento por mejorar nuestras vidas todos los días, de esa forma tal vez nos acercáremos más a lo que proyectamos, los resultados pueden o no ser los que esperamos , pueden ser mejores o peores ¿ Pero de no ser así cual sería la lección para aprender?
¿Realmente sentaríamos los momentos felices?
Aprendamos a vivir con emoción, con entusiasmo, recibamos con valor los retos que se nos presenten y no perdamos el entusiasmo por vivir.
Vida solo tenemos una y se nos puede ir sin disfrutarla si dejamos de verla en su esencia y nos perdemos en la superficie.
Tal vez esa sea la diferencia que marque tener una vida real o vivir en una mundo que queremos construir y forzar para nosotros de juguete.