¿Sirve arrojar una piedra cuando nos arrojan una bomba nuclear?
Por Claudia Cruz
Una de las mayores fortalezas que podemos desarrollar a lo largo de nuestra vida, es la del instinto de conservación. Metafóricamente no se trata de entrenar para vencer al más fuerte como en las películas de acción, se trata precisamente de no colocarnos en una posición en la que nuestras experiencias nos han demostrado que somos más vulnerables y pueden hacernos más daño. Como los buenos luchadores hay que retirarnos a tiempo y con la frente en alto, para no llegar a desprestigiarnos perdiendo el respeto hacia nosotros y como consecuencia el de los demás.
Aunque no lo creas la mayoría de las personas hemos estado en una posición de desventaja, incluso aquellas que consideras más fuertes ¿Cómo piensas que han obtenido esa fuerza? Recuerda la persona más importante a la que tienes que cuidar es a ti misma. Agudiza tus sentidos, escúchate, ponte toda la atención que mereces y cuando tu voz interna te diga que debes retirarte o no involucrarte en alguna situación “no lo hagas”, mucho menos si antepones un interés económico o tú necesidad de estar acompañado, porque al final de todas formas vas a salir noqueado, “protégete “.
El defensor más grande y poderoso que tienes eses tú mismo.