El pastel
Por Claudia Cruz
Una de las enseñanzas más duras de la vida es cuando con tu esfuerzo, dedicación, tiempo y entrega ayudas a alguien de buena fe a hacer un pastel y te da un gusto enorme que la preparación y el resultado sea favorable, pero que al final después de un “gracias por participar, te quiero mucho” reparta todas las rebanadas y que curioso que la tuya se le olvide, no es que la esperaras pero es doloroso darte cuenta a quien elige en tú lugar para darle una rebanada.
Tu aprendes que tienes que hacer tu propio pastel y después decidir cómo y a quien le compartes después de revalorarte y revalorar a los demás y esa persona debe aprender que ese pastel que hiciste con él o con ella era un regalo muy valioso y que va a ser difícil encontrar en su camino nuevamente a un ser humano tan especial como tú.