Un ícono cinematográfico en el olvido: La India María
Por Elizabeth Piña Hernández
Tras la muerte de María Elena Velasco conocida por el seudónimo de “La india María” recordaremos a esta gran mujer: cineasta, actriz, comediante, bailarina, guionista, cantautora y productora, labor que tuvo su último eco en La hija de Moctezuma (Lipkies, 2014).
Sin embargo las características del personaje siempre suscitaron muchas interrogantes: ¿qué había detrás del personaje de la Indía María?, ¿por qué eligió como personaje a una mujer indígena?, ¿denigra a los indígenas con este personaje?. En realidad las respuestas no son complicadas pues al igual que otros grandes comediantes mexicanos como Mario Moreno quien toma rasgos del peladito mexicano para crear a Cantinflas o Germán Valdés quien hizo lo mismo pachuco mexicano para su personaje Tin Tan, Resortes, María Elena Velasco toma como modelo a una mujer indígena mazahua, originaria de San José de los Burros; mujer pobre, honesta, ingeniosa, noble, analfabeta, que hablaba mal el español y constantemente era humillada; su personaje era siempre el mismo, y al igual que los cómicos ya mencionados carecía de continuidad y sin embargo era versátil, pues en las películas era monja, torera, motociclista, presidenta municipal y candidata a la presidencia de México, pero en todas esas facetas abordadas con humor, había una crítica social hacia el problema de discriminación que sufren los indígenas.
Sus películas siempre intentaron reflejar al México de finales del siglo XX, machista, racista, de burocracia corrupta al que se oponía través del personaje honrado, generoso y trabajador. Además se valió siempre de su ingenio para enfrentar la enorme disparidad que ha habido desde siempre entre el cine mexicano y la industria hollywoodense al estrenar sus películas al mismo tiempo que blockbuster’s como Jurassic Park (Spielberg, 1993).
Hoy los indígenas siguen padeciendo injusticias, las cuales vemos plasmadas en géneros más crudos y de menos audiencia como el documental, por esa razón su pérdida toca no sólo al mundo del cine sino a los pueblos indígenas quienes desde hace mucho tiempo no tienen una voz constante en el cine comercial de nuestro país.