Trump en el Debate y Aprender el Inglés
- Trump en el Debate.
- Aprender el Inglés.
Por Rafael Loret de Mola
El próximo domingo 20, en la Universidad de Baja California, en Tijuana –una sede significativa por sus alcances fronterizos y por haber sido la última escala de Luis Donaldo Colosio hace casi un cuarto de siglo-, se verificará el segundo debate, ahora sobre temas específicos y, supuestamente, dando cauce a algunas preguntas de los cincuenta invitados escogidos por el racista consejero presidente del INE; la imparcialidad, claro, no está garantizada y, de nuevo, Andrés será el eje rotatorio aun cuando las torpes encuestas señalan un alza importante de Ricardo Anaya Cortés –la misma estrategia usada por calderón hace doce años-, para dar la impresión de que puede alcanzar y rebasar al puntero.
Sólo que ahora los temas serán más específicos: política exterior, fronteras y migrantes, lo que se antojaría, en circunstancias normales, para ponderar la unidad, en defensa de la soberanía nacional, de los cuatro aspirantes más uno totalmente desquiciado destinado a volver a la gubernatura de Nuevo León. Esto es, dos tramposos –con Margarita-, en supuestamente condición de independientes, y tres representantes de coaliciones de tres partidos –agua y aceite-, indefinibles por las contradicciones mismas de sus alianzas de la derecha con la izquierda y viceversa.
En estas condiciones, es claro que apostarle a la demagogia sería exitoso. Ninguno se atreverá a decir que comulga con Trump, el protagonista ausente, en sus locuras del muro y de cerrar fronteras a todos los extranjeros… salvo a inversionistas de la talla de Carlos Slim Helú de quien fue empleado el hoy huésped de la Casa Blanca. Más bien, matizarán, hasta donde les sea posible, sus propias posturas y arreglos a lo largo de la primera mitad de una campaña de descalificaciones sin fin en la que se pretende ver a los periodistas dando vueltas como pollos rostizados. Me río de los politicastros que lo pretenden.
Pero, ¿cuál será el mensaje para Trump, a sabiendas de la indiscutible influencia de la Casa Blanca en los comicios, tal y como lo solicitaron los priistas aberrantes, entre tales Claudia Ruiz Massieu ahora cesada como secretaria general del partido otrora invencible? ¿Y el tono? Será todavía más difícil para Andrés quien festinó su reunión con Larry Fink, presidente de BlackRock, la gestora de inversiones más poderosa en el mundo, en medio de la polémica sobre su propuesta para la licitación, hacia capitales privados, del conflictivo nuevo aeropuerto de la Ciudad de México; esto es, el problema no es el terreno lacustre sino sólo la cuestión monetaria según se desprende de la nueva actitud del favorito para ganar la justa del primero de julio.
Sí, han cambado mucho. No me habría imaginado que Andrés volviera la cara hacia los empresarios que lo ofendieron y les tendiera la mano; ni que Anaya encabezara el linchamiento contra peña aunque ahora hable de iniciar los debidos procesos “sin intocables” –lo mismo que ofreció el actual mandatario en su momento-; tampoco, en fin, que Meade defendiera con tanto ahínco a un partido, el PRI, pero sin tenerle la confianza necesaria como para afiliarse al mismo.
Por fortuna, las perogrulladas están llegando a su fin.
La Anécdota
Hace años, cuando Andrés gobernaba la Ciudad de México –entonces Distrito Federal-, y nos reuníamos con cierta frecuencia, me atreví a decirle:
–Tienes que aprender a hablar en inglés si quieres ser presidente. El mundo se ha globalizado, Andrés.
–¿Y a qué hora quieres que estudie? Me levanto a las cinco de la mañana y no paro.
–Pues tendrás que amanecer a las cuatro y darte uma hora para ello.
–¡No, hombre! ¿En serio? ¿Y por qué no lo haces tú? –replicó, burlón-
–Sencillo, Andrés: porque yo no quiero ser presidente y tú sí.
Y así hasta ahora… aunque ahora me niega el acceso al grupo de sus pri-vilegiados.