Rafael Loret de Mola – Síndromes Gregarios
- Síndromes Gregarios
- Justicia a los Bebés
- ¡Levanten las Manos!
Por Rafael Loret de Mola
Hablé, hace algún tiempo, del síndrome “Hillary” que era una especie de mutación de otro, argentino, “Evita” mismo que habría de convertirse, al paso de los años, en “Isabelita” y “Cristinita”. En “Santa Evita” –una novela extraordinaria de Tomás Eloy Martínez que me hizo comprender no sólo a la protagonista sino a sus contemporáneos también-, se inspiró nuestra martita sahagún jiménez, la de las “muchas faldas” según precisa definición de su marido, para romper el cerco y lanzarse de bruces a la Presidencia sin red que le apoyara para amortiguar su solemne caída. La dirigencia del PAN, entonces encabezada por el hoy ex panista Manuel Espino Barrientos, hizo lo posible por cerrarle las puertas y la publicación de sus orígenes e intenciones –“Marta”, Océano, 2003-, disipó cualquier intención al respecto. Siquiera que, por eso, me den algún crédito.
Hay quienes quisieran que las historias de México y Estados Unidos fueran paralelas e incluso las denominaciones nacionales que, en nuestro país, proclaman el sentido federal atrapado en un centralismo que no cede. Oficialmente el nombre de nuestra patria es Estados Unidos Mexicanos cuando debiera ser sólo México, tal y como propuso calderón en uno de esos días de inspiración bucólica o bacólica que no fueron pocos durante su periodo presidencial.
Quizá por ello, la clase política de nuestro país sigue muy atenta las veleidades de quienes ya se han lanzado en busca de habitar la Casa Blanca –la de Washington y no la de Las Lomas porque lo segundo sería una proyección en alas de gaviota-, precisamente una mujer y un hombre. O un hombre y una mujer para seguir la saga de aquellas películas de los setenta de impregnada cursilería que nos hacía suspirar. Ahora somos más decentes y en la igualdad rampante de géneros colocamos siempre primero a las damas. Cómo debió ser siempre o cuando se creía que no iban a proponerse, en tiempos remotos, como candidatas presidenciales aun cuando las “reinas” de otros tiempos llegaron a ser las cumbres de las monarquías europeas –Elizabeth, Victoria-, y algunas inmensas mujeres removieron la historia de sus naciones: Indira Ghandi o Aung San Suu Kyi, la valiente heroína de Birmania. Y muchas otras también.
A diferencia de los tiempos actuales, la birmana Suu Kyi dejó a su marido en Inglaterra –aunque éste fue varias veces a visitarle y promoviera la concesión del premio Nobel de la Paz 1991 para ella-, para entregarle su tiempo y vida a la lucha por la angustiante emancipación de su pueblo y el fin de los gorilas usurpadores que mataron salvaje e ignominiosamente a su padre quien tuvo, hasta el final de su vida, ideales democráticos arrancados de raíz por una soldadesca de bárbaros.
En fin, santificándose antes de tiempo, Hillary, la esposa traicionada por las infidelidades de su marido, el presidente Bill Clinton, ya anunció su deseo de volver a la residencia oficial de la avenida Pensilvania pero ya no en el papel de ama de casa sino con la oficina oval a su servicio y su consorte tocando el saxofón en Nueva York. Será la segunda ocasión que lo intente porque hace ocho años fue precandidata demócrata y no pudo superar al fenómeno del senador de color, Barack Obama, ni la posibilidad de una permanencia familiar luego de ocho años de mandato de su marido seductor. Pasado dos periodos unidos en uno solo, cree haber vencido la mala energía de la reelección simulada.
Por el otro lado, el de los republicanos, Jeb Bush, conocido por sus peripecias como gobernador de Florida, entre ellas el manoseo de votos al estilo del PRI para hacer caer a Al Gore de su pedestal ecologista, en beneficio de su hermano George, afamado por ser el mandatario más dormilón e impertinente de la era moderna en los Estados Unidos… de América, naturalmente.
Tenemos entonces en la palestra a la señora Clinton, ex primera dama, por los demócratas; y a Jeb, el hermano menor de George Junior e hijo igualmente de George Sinior, sendos ex presidentes de su país, intentando ser el tercero del clan en hacerse de la presidencia en el último cuarto de siglo. Entre su padre y su hermano han cubierto doce años –el primero no pudo reelegirse-, y con él podrían aumentar a dos décadas el dominio de quienes, como empresa familiar, también cuentan con la mayor exploradora y extractora de petróleo en Norteamérica, Arbusto Oil Company –arbusto en inglés es Bush y con ello no niegan sello ni orígenes aunque hayan simulado la separación de la misma al encontrarse entre los socios uno de los hermanos del terrorista Osama Bin Laden-.
Si en Argentina tres ex primeras damas han buscado la presidencia y dos la han obtenido –sólo Evita quien abrió la senda no pudo llegar a ella por la enfermedad que la mató a destiempo-, no es de extrañar que las ambiciosas “esposas desesperadas” –otra serie de la televisión del norte-, busquen nichos en México aunque, en este caso, la sombra de sus maridos no sea acogedora sino siniestra. Es en este punto en donde, de nueva cuenta, vuelven a señalarnos a los mexicanos por nuestra amnesia colectiva que posibilita el perdón automático de los ex presidentes cuando se asume su superioridad sobre quienes ejercen el mando y no encuentran refugio para esconder sus tremendos fallos estructurales. Por eso se vindica la figura del señor calderón, quien nos mandó a una guerra inútil entre mafias –cien mil muertos por nuestro lado y ni un solo gramo de drogas menos para los Estados Unidos-, y se vanagloria de transitar en clase turista, cuando puede, para mostrarse como falso demócrata sin explicar cómo le hace para no ser objetivo de una vendetta si tanto combatió, como dice, a los principales capos del narcotráfico todavía vigentes.
Y con la misma fuerza, ¿por qué no pensar en Margarita, su esposa, para que sea candidata presidencial de un partido quebrado por mitad y forzado a buscar una alianza, para el 2018, acaso con el también desmantelado PRD –cortado a la mitad por la ambiciosa MORENA de López Obrador-, para no ser arrastrado por los veneros inmisericordes de la historia? ¿Aceptarán los presuntos aliados del panismo levantar la mano de la esposa de calderón quien tanto ultrajó a la izquierda, primero al usurpar el poder en 2006 y después golpeando a López Obrador para evitar su victoria en 2012 porque ya estaba consensuada con enrique peña nieto? Todo es posible en el México de las grandes simulaciones.
Sólo falta que el zar de Cuajimalpa, poseedor de varios carros deportivos de elevado precio con quienes presume, a veces, llevando como invitada a la “perredista” Purificación “Puri” Carpinteyro Calderón –la musa que se le fue a felipe-, al más puro estilo de los gángster de Chicago, sea capaz de lanzarse, en la próxima contienda, para gobernar Nuevo León arrebatándole el feudo al “Bronco” Jaime Rodríguez Calderón o, sin tantas ambiciones –mismas que le sobran-, asegurarse un escaño en el Senado o una curul entre los diputados, por la deplorable vía plurinominal se entiende para no tener sobresaltos.
Ya ven ustedes: todos los dirigentes partidistas serán diputados gracias a esta ruta, la de representación proporcional, que les exenta –como si se tratase de alumnos aplicados- del examen de las urnas. Van como representantes de su partido y ya no de sus electores en una de las más severas descomposiciones jurídicas y políticas de nuestra era. Todo se tergiversa en aras de una falsa modernización que no es sino una demostración de la fuerza del sistema que se impone a una ciudadanía ahíta.
Los hermanos, compadres, tíos, padres, primos, esposos o esposas, todos caben, en el nuevo furgón mexicano. Pero no siempre la fortuna les sonríe. La señora marta, quien llegó al nivel de cogobernante del país con su marido, el señor fox, debilitado y sin carácter para guerrear en la intimidad, no logró el objetivo de ser nominada como candidata presidencial por mucho que presionó a su marido y al partido al que pertenecía y ahora desdeña. Y para colmo, su hijito Fernando Bribiesca Sahagún, señalado por el PRI para gobernar Celaya, mordió el polvo de la infamante derrota como un portazo en las narices de la pareja ex presidencial. La vida cobra por donde más duele.
Mírese en este espejo, Margarita, antes de que la deshojen. Diga, si se atreve, cuál es la verdadera razón para impulsarse –una vendetta familiar, acaso-, más allá de burdas explicaciones sobre su solvencia moral y acendrado catolicismo. Para que la igualdad de género llegue no es cauce la de promoverse a la sombra del marido; y mucho menos cuando éste está ya en el basurero de la historia.
Debate
Alguien por allí escribió que, cuando se hablara del drama de los cuarenta y nueve bebés calcinados, el 5 de junio de 2009, en la Guardería ABC de Hermosillo, debía considerarse que el fuego se inició en el predio contiguo al almacén convertido en cuneros, precisamente para quemar la papelería comprometedora del execrable gobierno de Eduardo Bours Castelo, empresario de Bachoco -¡llamo de nuevo al boicot!-, amén de priísta por conveniencia dada su posición de extrema derecha.
Lo que no alegan quienes piensan en sí es el origen y las consecuencias de la desgracia. Es cierto que Bours con todo y su pútrido capital debiera estar en la cárcel; pero también que jamás se procedió con quien autorizó fundar una guardería en un almacén propio para guardar cacarros, autos, llantas y no bebés, el extinto Juan Molinar Horcasitas, muy homenajeado por el PAN durante sus exequias, ni los nombres de los socios beneficiados quienes comienzan con Altagracia Gómez del Campo, la aristócrata que se pavoneó cuando su prima Margarita gestionó para ella la autorización correspondiente y gozó igualmente de la protección de sus igualmente primos Heldilbrando y Juan Ignacio –un impresentable que se jacta de la impunidad-, hermanos de Margarita en condición de intocables operadores. Nauseabundo.
Pero algo más: el gran beneficiario de la tragedia resultó el panista Guillermo Padrés Elías quien tuvo SEIS años para imponer justicia a partir de las cenizas arrojadas por su priísta antecesor y, sencillamente, evitó hacerlo para no comprometer a felipe y Margarita a cambio de ser protegido por éstos como se observa ahora. Este es el círculo cerrado, demoníaco si se quiere, que me impulsa a alertar a los propios panistas, quienes tienen vergüenza y asumen contar con futuro, para que sepan cuál es el camino por donde van con la señora en cuestión en celo político.
Por cierto, la igualdad de género, tan cacareada, debe darse al juzgar con la misma moneda y el mismo rigor, a mujeres y hombres; no caer en la falacia de callar por “caballerosidad” ante los atropellos de las damas.
La Anécdota
Como en el viejo Oeste, en recientes presentaciones, he pedido a los auditorios que levanten las manos cuantos crean que las elecciones del domingo 7 fueron limpias: en tres ocasiones sólo una persona lo hizo… y resultó ser la hija de una candidata vencedora.
¿Cómo tolerar la falacia de una democracia cortada a la medida de los acuerdos soterrados, salvo casos excepcionales –digamos el de “El Bronco” en Nuevo León quien asumirá el gobierno con una carga adicional de responsabilidad-, y removido por la partidocracia gobernante incluyendo a MORENA en este nuevo papel? ¿No les habría gustado a sus incondicionales observar a Andrés Manuel como lo que es, el último de los líderes naturales surgido de las bases? Habría sido una evolución fantástica que acaso no debiera descartar porque sería la única manera de unir a su vieja clientela que ahora se dividió.
Hay tiempo para todo.