Rafael Loret de Mola – Los Pueblos Mágicos
- Los Pueblos Mágicos
- Gobernador Repudiado
- El Bosque del Hombre
Por Rafael Loret de Mola
Son ya ochenta y tres en la República Mexicana. ¡Y los que faltan! Hablo de los “pueblos mágicos” una frase propagandística que exalta los misterios, las leyendas y las bellezas naturales de una nación que embruja por ello y, al mismo tiempo, ha sido saqueada inmisericordemente. La corrupción, o el mal, se han impuesto a nuestras riquezas naturales, el bien que nos vino como regalo del Creador a quien deberemos rendir cuentas.
Por lo general –las excepciones confirman la regla-, la mayor parte de estos sitios sólo han sido auxiliados por los mandatarios, el federal o los estatales, con toneles de pintura con los colores propios de su militancia partidista. Molesta de verdad. Pese a ello, los lugareños son quienes protegen su ámbito y hacen lo posible por brindar calidez a los visitantes atraídos por la designación y desconocedores del México profundo. Claro, no es fácil reunir los centavos para viajar por México, pero sí para realizar cruces trasatlánticos directos a París o Madrid, dos urbes bellas, sí, pero no tanto como para hacer olvidar nuestro entrañable país que, en no pocos renglones –digamos las plazas de terciopelo y las pequeñas ciudades consideradas patrimonio de la humanidad, como San Miguel de Allende que no figura entre los pueblos mágicos porque ya subió peldaños-, es bastante superior. ¡Intente refrescarse en el Mediterráneo y sabrá por qué lo expreso! Sus heladas aguas –acostumbrados como estamos a la tibieza del Caribe y a la sabrosa brisa del Golfo y el Pacífico-, nos obligan a pegar cientos de brincos destinados al fracaso: el calor no llega nunca pero debemos disimular para no parecer collones con quienes presumen, siempre, de tener lo mejor de todo… porque no salen de sus entornos.
Yo no sé cuántos de los ochenta y tres mágicos pueden visitarse. Y no porque falte el parque de los centavos parafraseando al hidalguense Pedro María Anaya que rindió las fuerzas nacionales al invasor estadounidense en Churubusco, sino por la inseguridad, en primer lugar, la ignorancia, en segundo, y la ausencia de promociones, finalmente. Pocos, muy pocos saben de la existencia de algunos de esos poblados que inspiran el alma aun cuando presumen de haber recorrido toda la Unión Americana, Canadá y la Unión Europea gastando, en divisas extranjeros, cuanto acumularon por sus esfuerzos o herencias en nuestro país. Siempre que, por distintas razones, no siempre profesionales lo reconozco, cruzo el océano Atlántico siento esta punzada interior sobre el pecado de gastar fuera lo que he ganado en México. No se vale… ni puedo aspirar a la redención aunque alegue que mi espíritu aventurero se rebela.
Desde luego, estoy convencido que la imberbe –y embarazada- Claudita Ruiz Massieu, divorciada en marzo de 2013 para más señas, no ha visitado tanta maravilla siquiera para estimular sus sentidos; quizá de paso, alguna vez, se ha detenido a comprar en alguna tiendita de artesanías o uno de esos pequeños almacenes de ropa en donde pueden encontrarse toda suerte de blusas y faldas tejidas a mano, durante días, ofertadas por unos cuantos billetes que, de ninguna manera, compensan el esfuerzo ni alteran los bolsillos de los ricachones dispuestos a pagar veinticinco mil pesos por un asiento VIP para presenciar el paso de los bólidos de la Fórmula Uno el primero de noviembre; ya desde ahora podemos adelantar que los lugares están llenos y las arcas de los patrocinadores también aunque no se terminan las obras. Y México en plena crisis económica.
Lo subrayo porque resulta que en Alemania, la cúspide europea con el Cuarto Reich a todo lo que da, prefirieron suspender la carrera respectiva, este año, por no contar con recursos para financiarla. Aplicaron la sensatez a las ansias de escuchar los rugidos y observar cómo se quitan los cascos las estrellas de las pistas. Pero que no se hable del orgullo mexicano por revindicar el Gran Premio que inició, la primera vez, con el lamentable accidente mortal de Ricardo Rodríguez en los entrenamientos previos a la justa en la Magdalena Mixuca. Algo tendría aquel diabólico trazado, sobre todo por las curvas, descubierto después de la ausencia definitiva del as mexicano cuyo hermano Pedro correría una suerte similar en los circuitos europeos años más tarde.
En los pueblos mágicos, sin embargo, les preocupa una invasión turística desbordada; le temen más que a los animales predadores cuyas leyendas urbanas se extienden aunque nadie haya visto un oso en las cabañas de ensueño de nuestras sierras. Los visitantes suelen ser poco respetuosos con los lugareños, acaso porque visten humildemente y no hablan en inglés, quienes, en sentido contrario, sonríen con simpatía y con la seguridad de ser ellos los privilegiados libres del estrés citadino y la consiguiente contaminación. Ahora mismo estoy escuchando los cláxones de varios vehículos bajo mi ventana y me hacen añorar, sin remedio, la brujería de la niebla en Zacatlán de las Manzanas, con su permanente frío invernal, o las callejuelas sin salida de Real del Monte. Ojalá los lectores identifiquen en donde se encuentran pero les aseguro que la mayor parte no lo hará porque la Sectur, encabezada por Claudita, sólo promueve el turismo extranjero hacia las grandes ciudades y los consorcios playeros; jamás a los pueblos mágicos esparcidos por toda la República. Quizá mejor la ignorancia de los funcionarios sobre cuanto tenemos para nosotros aunque, en realidad, los artesanos prefieren el menudeo a caer en las redes del incontrolable consumismo.
¡Y de lo que se entera uno por cada uno de esos rincones! No sabía, por ejemplo, que en Zacatlán sobrevive la única fábrica de armas en todo el territorio nacional gracias a la antigua tradición de la familia Trejo. Claro, no se venden a los mexicanos sino sólo a la SEDENA que ejerce un control tal que los soldados no dejan ni las tuercas y, poco a poco, la producción es menor sin posibilidad alguna de venderla a quienes se acerquen. Además sólo pueden trabajar sobre pistolas calibre .22 y .380, expresamente para la defensa personal en estos tiempos turbulentos.
A cambio de ello, el “iluminado” señor peña autorizó a los agentes extranjeros a portar armas sobre suelo mexicano transgrediendo así la soberanía nacional. Si pueden tenerlas y hasta exhibirlas… también pueden usarlas aunque se alegue que sólo lo harán para “coordinarse” con las autoridades. ¡Mienten escandalosamente!¡Los miembros del gobierno y los usufructuarios de los privilegios! Y los comunes, connacionales, no podemos siquiera adquirir una .22 para mantener distancias respecto a los sinvergüenzas que nos azotan por doquier, incluso por las calles. ¿A dónde vamos a parar?
Desde luego aquello del apoyo a los “changarros” de los tiempos foxistas fue un mito tan grande como las botas del farsante. Y lo mismo los programas “Solidaridad”, “Oportunidades” y el reciente “Podemos” del señor peña nieto, tan devaluado como él lo mismo que la estúpida “cruzada contra el hambre” cuando se debiera estimular la producción de alimentos y asegurarnos la autosuficiencia para no depender de nadie para comer. Pero de esto, es mejor no hablar de acuerdo a los burdos criterios oficiales.
Se da el curioso caso de Ciudad Mier, en Tamaulipas, dentro de la denominación de “mágico” –lo es por su belleza pero no por su situación- que más bien debiera estar clasificado como “fantasma” pues los verdaderos pobladores de la misma, como los Mayas y los Teotihuacanos, debieron dejar su ciudad para refugiarse, los más, en los Estados Unidos dejando libre la plaza para las intermitentes guerras entre sicarios de “Los Zetas” y el “cártel del Golfo”. Y de negocios, ni hablar: sólo subsisten las tiendas OXXO, adquiridas recientemente por el grupo FEMSA y los herederos de Eugenio Garza Lagüera –cuarta fortuna nacional-, y sin que nadie aclare si se trata de lavanderías de dinero sucio prohijadas al calor de las grandes complicidades entre la iniciativa “privada” y sus cómplices en el gobierno peñista, comenzando, claro, por el titular de Hacienda, luis videgaray caso.
Y como éste caso, muchos otros, en plena debacle de la moral pública. Ya lo dijimos y lo repetimos: el nivel de corrupción alcanzado en este sexenio es mayor a la de cuantos regímenes le precedieron en pleno caos político, financiero y social. ¿Para esto quiere gobernar el señor peña, perdiendo la historia y ganando improperios mientras se blinda con un temor que crece en cada acto público? No vale la pena vivir así aunque se crea contar con poder… mientras, en la realidad, los grupos fácticos lo ejercen sometiéndolo.
No es éste el México que deseamos aun cuando contemos ahora con ochenta y tres maravillosos, pueblos mágicos donde se sabe apreciar la vida y se opta por no ver ni escuchar las correrías de los narcos. Por lo menos, no en voz alta.
Debate
Qué se requiere para que a un gobernador le sea revocado su mandato?¿Y a un presidente? Medito lo anterior al percatarme que, en Puebla, el descarado autoritarismo del mandatario del helicóptero –no vaya a pasarle lo del profesor Zovek, escapista que no pudo con la muerte alada-, no es bien recibido ni citado con benevolencia por sus gobernados.
Uno de ellos me confió con toda seriedad:
–Bueno, el colmo: en alguna ocasión, cerca de donde estaba el gobernador, un custodio “descubrió” que mi celular era viejito y feo y me prohibió usarlo… para no incomodar al gobernador quien no se sienta a la mesa con “inferiores”.
El racismo del personaje denota que siempre ha vivido entre algodones y que, por tanto, su llegada al Palacio de Gobierno se dio como parte de las cuotas oficiales a una turbia alianza de partidos y acaso para frenar los rencores generados por su antecesor, el “góber precioso” Mario Marín Torres, quien se decía víctima de la oligarquía local y muy cercano a los menesterosos… quienes no podían beber ni comer como él. Una curiosa distorsión de hechos.
Pero también en Chiapas, el imberbe Manuel Velasco Coello presume de su vestuario juvenil y folklórico con tal de tomarse la foto del día que habrá de publicitar con amplitud en los diarios de mayor cobertura y, sobre todo, en aquellos que suelen cuestionar, alguna vez, las acciones del gobierno, digamos “La Jornada”, a cambio de reducir señalamientos incómodos como el mantenimiento de una zona de conflicto, no atendida, en Las Cañadas.
Sendos sujetos quieren llegar a la Presidencia desviando recursos para publicitarse o distribuyendo puntura azul o verde según sea el caso. ¿Estos son los líderes del mañana? ¡Qué Dios nos ampare!
La Anécdota
Lo conté hace días por vídeo y hoy lo reitero por escrito. Me encontré en los alrededores de Zacatlán con un bosque maravilloso, de pinos holandeses, creado por las manos de un solo hombre, Alejandro Márquez:
–Fue mi ilusión desde niño –me cuenta-. Sabía que mi pueblo no dio manzanas sino hasta después de la conquista; antes, era un asentamiento rodeado de bosques, ríos, lagos. Y pretendo devolverle, alguna vez, este carácter volviendo a los orígenes.
Si el diez por ciento de los mexicanos sembrara la mitad de los árboles que conforman el Bosque “de las hadas” –como le llaman sus hijas-, algo así como treinta y ocho mil retoños, México ganaría con oxigenación una de las batallas trascendentes. No lo olvidemos.