Rafael Loret de Mola – La Ingobernabilidad
- La Ingobernabilidad
- Cambios Inaplazables
- El Primer “Cacique”
Por Rafael Loret de Mola
¿Por qué un alcalde dura tres años en su gestión y un gobernador, seis?¿Cuál es la razón jurídica para que un diputado se mantenga tres años en una Legislatura y el senador abarque, a lo largo de dos, un sexenio entero?¿Por qué, en cambio, los gobernadores y el presidente de la República tienen un mandato extendido a seis años salvo cuando se realizan “ajustes constitucionales –como en los casos, dos veces, de Yucatán en donde incluso se ha tenido un periodo de 18 meses, apenas año y medio, y otro de un lustro-, para igualar los periodos electorales y, supuestamente, reducir los costos proselitistas sin que ello, en realidad, se haya dado?
No hay respuestas salvo el imperativo de renovar los cuadros cada tres años en cuanto a quienes sean observados como líderes naturales en sus empeños como presidentes municipales o miembros de sus respectivas Cámaras, sea la federal o las estatales. Sin embargo, venimos arrastrando la paradoja sin cuestionar los costos onerosos que se producen por contar con comicios, en algunas entidades de la República, cada año obligando, incluso, a evitar promocionar las obras públicas –con lo que el más afectado, siempre, es el gobierno federal-, e incluso anunciarlas porque tal sería vista como un hecho propagandístico a favor del partido de quien gobierna. Sencillamente absurdo, pero desgraciadamente real porque los diversos funcionarios, de todas las tendencias, no pueden, sencillamente, mantener las manos quietas.
En todos estos largos años de inercia, las reformas parciales en materia política no se han ocupado de los grandes temas, por ejemplo la necesidad de acotar al presidencialismo –como proponía Luis Donaldo Colosio-, y caminar hacia el parlamentarismo en el que el jefe de la fracción vencedora, con la mayoría de los sufragantes a su favor –esto es la mitad más uno y no un porcentaje minoritario superior a los de sus adversarios-, o bien establecer un calendario estándar para todos los comicios evitándose así el engorro de mantener disputas interpartidistas por esta materia cada año y con distintos tonos, desde el acuerdo convencional –por lo general estructurado de manera soterrada, en lo oscurito- hasta las divergencias extremas que plantean el chantaje como herramienta ara hacer política a través de un manoseado “Pacto por México” que se interrumpió, a cada rato, por las intemperancias de quienes lo signaron. Ya vienen los comicios y en, cuando menos, un tercio de las entidades federativas se observa una horda de descalificaciones que, desde ahora, pueden señalarse como la ruta hacia el caos.
Fíjense: el PRI debió expulsar de sus filas al ex gobernador de Tabasco, “el químico” Andrés Granier Melo –quien tenía cara de no romper un plato hace ocho años y era visto por sus propios coterráneos como una figura inadecuada para los entramados políticos extremos de la entidad-, convertido ahora en un engendro de la corrupción ante las acusaciones del ex priísta y actual perredista, si bien consentido de Andrés Manuel López Obrador, Arturo Núñez Jiménez, primer “opositor” en ganar la gubernatura en la tierra de los históricos Tomás Garrido Canabal –quien fue gobernador seis veces- y Carlos Madrazo Becerra quien tanto agobiaba a gustavo díaz ordaz hasta que la muerte se interpuso en su camino, entre el aire y la montaña.
Sin embargo, poco hace el PRI ante evidencias tan claras de traición como la que guió a Jorge Hank Rhon a financiar en Baja California hace dos años, debajo del agua, la campaña del aliancista Francisco “Kiko” Vega de Lamadrid quien, como el primero, fue alcalde de Tijuana, por el PAN pero siempre bajo los auspicios del gran “padrino” de la región, proveniente además de una familia mexiquense a la que honra el presidente peña nieto –gracias al retiro de Carlos Hank Rhon, hermano mayor de Jorge, enrique se quedó solo en la batalla por el gobierno de su entidad en 2005 sin apoyos ni grupos que propugnaran por él, distribuidos éstos entre los demás precandidatos; no se pierda de vista este punto de lo más trascendente-. Esto es, el PRI actúa a “toro pasado” a pesar de los hechos incontrovertibles.
Por ejemplo, no parece razonable que la señora Beatriz Paredes Rangel, actual embajadora de México en Brasil para continuar la medida de los matriarcados, y ex gobernadora de Tlaxcala se diera el lujo de retrasar doce años las aspiraciones de su rival Mariano González Zarur, candidato natural priísta desde entonces, y promover, debajo del agua, primero, a Alfonso Sánchez Anaya, por el PRD, y después al oaxaqueño Héctor Ortiz Ortiz, por el PAN, cuando sendos personajes fueron ¡presidentes estatales del PRI! bajo el mando de la señora Paredes. Y así y todo llegó a la presidencia nacional de su partido y al plácido y lúdico retiro diplomático en las playas de Copacabana y con muy buenas relaciones con la presidenta Dilma Rousseff, acaso con inclinaciones y perspectivas similares en la vida. Pero, qué va, nadie la expulsó.
Y sí lo hicieron, después de enormes desplantes y provocaciones, con elba esther gordillo morales cuando no aceptó la candidatura presidencial de Roberto Madrazo Pintado y llegó al extremo de financiar y fundar, bajo sus “muchas faldas” –parafraseando al empresario marihuanero vicente fox-, el Partido Alianza Nacional –PANAL le llamaron desde el principio por las mieles que producía el enjambre de abejas expulsadas del erario, como Miguel Ángel Yunes Linares, ahora panista, y otros que pagaron en la cama el tributo de hacer carrera al lado de la “maestra”. Debió llegarse a bastante más que los extremos para proceder en materia.
Nunca se expulsó al cacique yucateco víctor cervera, muerto en agosto de 2004, a pesar de que fue evidente su ascendencia sobre el perseguido Mario Villanueva Madrid, al cesar como gobernador de Quintana Roo y ser escondido en uno de los ranchos del oriente yucateco propiedad dl célebre “balo” –como decir “naco”-, todopoderoso entonces al grado de que fue anfitrión, en plena persecución del cártel de Juárez que requería de las pistas clandestinas de aviación construidas por cervera, de los entonces mandatarios de México y Estados Unidos, ernesto zedillo y Bill Clinton con todo y su entrañable Hillary en una especie de segunda luna de miel después del affaire de Mónica Lewinski y sus habanos humedecidos. No escribo más al respecto para no parecer procaz.
Y respecto a raúl salinas de gortari, hermano incómodo del ex presidente del mismo apellido, carlos, se esperó hasta la sentencia inapelable sobre desviaciones millonarias y lavado consiguiente de dinero, para ponerlo fuera del partido que hizo “Primer Magistrado” al cofrade todavía intocable quien comenzó su infancia, poco antes de cumplir los cuatro años, cuando en la Navidad de 1951 mató, jugando con su hermano raúl y su vecino Gustavo Zapata, a una humilde servidora doméstica oriunda de Pinotepa Nacional, Oaxaca. Y, hasta hoy, aquel crimen permanece impune y sólo se sabe el nombre de la víctima: Manuela N. Así funciona la justicia en México.
Siguiendo esta idea, no me digan que no hay espacios suficientes para realizar cambios estructurales, los que de verdad requiere el país sin los condicionamientos favoritistas a tal o cual grupo político en pleno auge de la partidocracia. Por ejemplo, tras los desaseados comicios d 2006 lo único que se les ocurrió a los legisladores, con la iniciativa del PRD, fue descabezar al Instituto Federal Electoral –hoy INE-, contra las reglas mismas ya estipuladas que consideraban irremovibles los cargos; pero era tal la sed de venganza que los consejeros, encabezados por quien fuera su presidente, el cínico Luis Carlos Ugalde –me ahorro el apellido materno-, se fueron con la cola entre las patas contrariando los principios elementales del derecho y ejerciendo la ley de maneras retrospectiva. ¡Y así hablamos de un estado de derecho cuando las conveniencias circunstanciales, las alianzas y los pactos están por encima de las leyes!
Lo que falta. Hay fraudes y corrupción en todos los renglones. Lo mismo en los entresijos de PEMEX, que enriquecieron a calderón y a César Nava, sobre todo, padrinos de lo que ha dado en llamarse “el cártel negro”, que en los exámenes Enlace que no adecentan sin contaminan, cada vez más, al gremio magisterial que los aplicó de manera burda y torpe sin el menor cuidado de la Secretaría de Educación Pública y su nuevo “Juan sin Miedo” –“chicotito sí, chicotito sí”-, Emilio Chuayffet Chemor, “La Daga” –otro término está prohibido en los tiempos de la “libertad” en los que la Suprema Corte regula hasta el caló popular mientras deja sin justicia a miles, millones quizá, de mexicanos-. Ahora los insubordinados de la CNTE no le creen ni el modo de andar al señor peña y su gabinete; y desean que, por escrito, les aseguren que nunca serán evaluados. Mientras eso sucede, boicotearon las elecciones.
Debate
Si de verdad se quisiera cambiar de modelo político, para evitar la recurrencia infinita de los males conocidos, tendría que optarse ya por el sistema parlamentario y regular los comicios para hacerlos coincidir a todos, el mismo año en cada entidad, para poder con ello asegurar la gobernabilidad del país con suficiente margen en las Cámaras considerando los acuerdos antes y después de las elecciones entre los distintos actores y partidos. De otra manera seguiremos paralizados en el mismo, deleznable punto.
No conviene, bajo ninguna circunstancia, seguir adheridos a los “pactos” circunstanciales –como el Plan Nacional de Desarrollo que nos lleva de la mano a los tiempos frívolos de josé lópez portillo, esto es como si nada hubiese ocurrido desde la década de los ochentas de la centuria pasada-, si la clase política no es capaz de avanzar, en serio, hacia una gran reconciliación nacional, esto es entre gobernados y gobernantes –mandatarios, quienes obedecen a la soberanía popular-, suprimiendo privilegios y prerrogativas –como los indignantes salarios de Ministros y Magistrados del poder Judicial-, en aras de una equidad de mayor relevancia y duradera. Lo demás será inútil porque incluso los efectos mediáticos cesan, sin remedio, cuando llega la hora de contabilizar los resultados. Y, hasta el momento, estamos ayunos de ellos luego de un semestre de acuerdos colgados con los algodones de la demagogia.
La Anécdota
Se insiste en que el general Lázaro Cárdenas del Río, durante su gestión presidencial, fulminó, de un manazo, al “maximato” callista fulminando con ello a los cacicazgos posrevolucionarios; antes se dijo que Plutarco Elías Calles, el fundador del PNR, antecesor del PRM y del PRI, fulminó los caudillajes para asegurar un México de instituciones que, sin embargo, dio lugar a la singular “dictadura” callista que se embarulló con el gobierno del célebre “nopalitos” –por baboso-, Pascual Ortiz Rubio, quien ni siquiera se atrevió nunca a explicar, más allá de su renuncia misma, las razones de su salida de la Presidencia.
Pero Cárdenas, animado por su carisma e influencia, nos legó un mal mayor: el presidencialismo; y, desde entonces –entre 1934 y 1940-, estamos en este mismo pantano que parece no tener solución. Ya vamos por más de siete décadas y media. ¿Se atreverán los priístas y quienes fueron neocardenistas y ahora andan desperdigados a preparar un festín al más puro estilo de los panistas del centenario y el bicentenario? No creo que sean tan torpes… aunque ya hay quienes preparan, con una Misa Solemne proyectada para el 2 de julio, el centenario de la muerte de Porfirio Díaz. ¡Honremos al dictador, mexicanos, de la mano de la plutocracia!