Rafael Loret de Mola – El Terror Aumenta
*El Terror Aumenta
*No Puede Gobernar
*Triste Inversión
Por Rafael Loret de Mola
Hace un año comenté que, ante la oleada terrorista iniciada en Francia contra la redacción de un semanario satírico “Charlie Hebdo”, con un sangriento saldo de trece muertos incluyendo a un trabajador recién contratado a quien se excluye de la lista funesta, nuestras autoridades no habían tomado la debidas medidas de emergencia para prevenir una incursión de los grupos radicales que, es obvio, tienen como blanco algunas ciudades de los Estados Unidos, no sólo Nueva York sino también la capital de la poderosa nación. Podría parecer exagerado y hasta se presumiría que tal extendería la psicosis colectiva pero tratándose de un fenómeno de alto riesgo tales criterios son absolutamente banales. Menos ahora luego de los brutales hechos de noviembre 13 del pasado año.
De hecho, en México se ha instalado ya el terrorismo desde hace algunos años. Si tal denominación se da a quienes siembran el terror contra la ciudadanía indefensa bien cabe el mismo para calificar a cuantos, por ejemplo, aterraron a Morelia la noche trágica del 15 de septiembre de 2008, cuando comenzó de hecho la escalada de violencia bajo el calderonismo con ocho víctimas mortales a las que ya ni siquiera se cuenta dentro de los más casi cien mil asesinados, por causa de la guerra entre mafias, durante el mencionado régimen. Y lo mismo puede expresarse de los grupos con capacidad para extender sus territorios obligando a los pobladores en estado de indefensión a refugiarse en sus casas o morir en las calles… a la vista de destacamentos militares que voltean hacia otros lados. En Iguala y Cocula, por ejemplo, porque en San Pedro Limón, Tlatlaya, fueron protagonistas directos.
Y sigue la exaltación de la negligencia pública. Se observan en los mensajes televisivos cargados con el elemento más demagógico que puede exponerse: manipular la crispación o tratar de llevarla por el camino del continuismo como manera de frenar los horrores sembrados por intereses lejanos a través de personajes radicales capaces de encender hogueras; en este último caso colocamos, claro, a Andrés López Obrador, el único con posibilidad de convocar a multitudes aun cuando él no sea objetivo al evitar la autocensura y asumir sus propias responsabilidades en los sucesos dramáticos. Si peña debe irse como consecuencia de los recientes acontecimientos en Guerrero, y otro tanto debe hacer el secretario de la Defensa Nacional salvador cienfuegos zepeda por cuanto aconteció en Tlatlaya, igualmente debiera aceptar su responsabilidad López Obrador e igualmente los panistas tuertos –sólo observan cuanto les conviene-, sobre todo felipe calderón en cuyo gobierno, como expusimos ya, se dio en agosto de 2008 una masacre similar en San Pedro Limón, Tlatlaya, con veintitrés civiles muertos, uno más que en julio de 2014. Todos tienen las manos sucias.
Es así como los protagonistas de la “nueva” clase política extienden, a su manera, el terror y caen en la clasificación expresada aun cuando escondan los radicalismos tras las bambalinas de la partidocracia. No sólo eso: al encubrir crímenes y explosiones sociales, con la réplica incesante de las mismas, posibilitan el ámbito perfecto para el camuflaje de los fundamentalistas cuyo ingreso a nuestro país no ha sido, de modo alguno, controlado. Tienen pase libro porque, ¿saben ustedes?, somos una nación en donde se respetan las libertades… cuando conviene así a la imagen internacional de un gobierno actualmente con cargas de desprestigio insostenibles.
Durante varios lustros se ocultó el hecho, por ejemplo, de la llegada de miembros de alto grado del grupo terrorista vasco ETA; y fueron múltiples las reclamaciones del gobierno español, experto en darse golpes de pecho bajo los palios de la dictadura que se extienden a la monarquía infecta, y las consiguientes negativas del gobierno mexicano al respecto hasta que ernesto zedillo, el gran simulador, tuvo urgencia de proyectar una suerte de Tratado de Libre Comercio con Europa porque el norteamericano comenzaba a asfixiarnos e inmovilizaba cualquier acción de gobierno; y pese a que el doctor “zeta” era francamente pro-yanqui también sabía leer las reglas de la economía, basadas muchas de ellas en los dobles juegos y en las rutinarias complicidades, y bien sabía que sería más útil a los dominantes vecinos si México igualmente ofrecía más… con la intención acaso de ir hipotecando al viejo continente y al “euro” en crecida, esto es como cerrando un círculo.
El caso es que, en tales instancias, la administración zedillista “descubrió” finalmente a parte de la plana mayor del ETA –Francisco Labastida Ochoa era el secretario de Gobernación y albergaba ilusiones presidenciales-, y pese a que los extraditados insistieron en que ya no formaban parte de la asociación terrorista, llegaron a Madrid en donde fueron encerrados y permanecen así. Y es ésta una de las protestas más sonoras de la actualidad en el llamado País Vasco –antes Provincias Vascongadas-, por cuanto a lo que allí se consideran “presos políticos” como una rémora del franquismo avasallante y asesino.
Y otro elemento sustantivo es que los etarras en México nunca se tomaron su permanencia como un paseo turístico para visitar, digo, las espléndidas joyas arqueológicas que ni siquiera la furia hispana pudo desaparecer –es tal su sentimiento de culpa que la corona española, no confundir con la mexicana de tentadoras cebadas, financió las obras de reconstrucción de Edzná, una bella ciudad maya enclavada en Campeche-. Al contrario: tuvieron una actividad casi frenética en las cañadas de Chiapas, antes y después de la “toma” de San Cristóbal de las Casas en enero de 1994. Lo reconoció el propio “subcomandante Marcos” en su momento aunque con el camuflaje correspondiente. De cualquier manera, la esencia fue la misma e incluso, al surgir otros grupos más radicalizados, como el EPR en Guerrero aterrorizando al gobierno de Zedillo, sus sellos distintivos iniciales fueron sendos bombazos en estacionamientos de centros comerciales y contra el cableado eléctrico.
Para descubrir a los asesinos en serie, se sabe bien, una de las reglas es encontrar hilos conductores distintivos; en México los hubo y se ocultaron por determinación de un gobierno tan torpe como inútil; y lo que sucedió después fue bastante explicable: la dispersión de las células armadas que luego, al paso de los años, habrían de convertirse en lo que ahora son las mafias del narcotráfico, algunos de los conocidos “autodefensas” y no pocos políticos con capacidad para ablandar a sus superiores jerárquicos e incluso desplazarlos. Michoacán, Guerrero y Chiapas, son las entidades emblemáticas al respecto. También Tamaulipas, Chihuahua y, desde luego, Sinaloa. No hay distingo de sellos partidistas ni de colores y emblemas: todos en las mismas cavernas de la inmoralidad.
¿De qué nos extrañamos si bien sabemos que en México operó el principal centro de espionaje nazi destinado a fraguar una potencial invasión a Norteamérica? Y luego los soviéticos instalaron sus guaridas alrededor de la embajada de la entonces URSS, en los sesenta del siglo anterior, muy visitadas por Lee Harvey Oswald, el verdadero y gran camuflaje para el crimen contra John F. Kennedy. Y todo ello a sabiendas, tal vez a expensas, del gobierno mexicano. Por ello la pregunta puede resultar irritante pero dentro de la lógica elemental: ¿acaso los fundamentalistas islámicos no han pensado lo mismo?
De allí nuestra preocupación sobre la posibilidad de que México sea infectado, en muy poco tiempo, por los peores asesinos del planeta. Con peña divagando, amando y dejando pasar los días.
Debate
Lo leí una y otra vez. Y lo confirmé después. En efecto, contra todo raciocinio, el secretario de Economía, Idelfonso Guajardo Villarreal, se pronunció hace un año acerca de las presiones que recibe el gobierno en curso y recitó, textualmente:
–“El problema es que para el presidente de la República, no es sostenible gobernar un país que prácticamente es dos países en uno… porque no es posible mantener esas disparidades en un mismo territorio.” (Reforma, sábado 10 de enero del año pasado).
No tendría sentido agregar una palabra más: de acuerdo al responsable de dirigir la ruta de la economía de México, es insostenible para el presidente la tarea de gobernar. Insostenible. ¿Esto quiere decir que es necesario, indispensable, encontrar una alternativa sostenible? Sólo faltó que el funcionario de referencia señalara un nombre o dos para iniciar una senda alterna ante la imposibilidad de peña de manejar tan aguda problemática en un país “doble”. Y a todas éstas, ¿a qué se refirió el secretario Guajardo cuando partió a la mitad a la nación?¿Acaso a los veintidós estados cuyos movimientos fiscales son controlados por los grandes cárteles del narcotráfico?¿O al hecho de que nos han ocupado gran parte de nuestro territorio las avanzadas estadounidenses que “cooperan” con los mandos castrenses y el almirantazgo? Debería aclararlo; no lo hará, por supuesto.
La Anécdota
Pero no debemos preocuparnos tanto. El propio secretario de Economía, para tranquilizarnos luego de revelar que gobernar a México no es sostenible, reveló que para el mismo año anterior deberíamos esperar una inversión extranjera directa de 23 mil millones de dólares –el doce por ciento de las reservas monetarias del Banco de México-. Fue una mentira más dentro del optimismo, ramplón y miserable, de los manipuladores. Por eso hoy estamos inciertos sobre cuanto se nos avecina.
Sin embargo, se plantea una subida en los intereses mientras los precios del petróleo bajan, se abaratan las ofertas de PEMEX y nuestro propio peso retorna a los vaivenes aquellos de la “flotación” sólo que ahora sin salvavidas ni orillas. No entiendo entonces las promesas presidenciales para reducir los precios de la luz y los energéticos. La demagogia siempre ofusca y podríamos concluir:
–Quien gobierna con lentes oscuros pierde la perspectiva. Aquel que es ciego ni siquiera anda a tientas.
Siquiera sea humilde, señor peña; y reconozca que lo han embarcado en una aventura sin final feliz.