Rafael Loret de Mola – Bipartidismo de Derechas
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Por Rafael Loret de Mola
¿Cómo se llega al nivel de precandidato presidencial? ¿A golpes de reflectores y micrófonos que difunden declaraciones sin sustento y absolutamente irreales? Tal es la fórmula encontrada por la derecha para intentar desterrar a la izquierda –que aglutinó el 34 por ciento de los votos emitidos hace poco más de dos años y medio-, aprovechando el revoltijo que impera en un PRD desvencijado, las dudas del Movimiento Ciudadano y el Partido del Trabajo, y la urgencia de cooptar figuras políticas, aunque sean deleznables como el cobarde represor manuel bartlett, por parte de la MORENA de Andrés Manuel.
Pero, ¿acaso no cabe que el desfondo del instituto que abanderó a la mayor parte de los socialistas y comunistas mexicanos, el PRD –que surgió cuando el PSUM le cedió el registro en un acto de emocionante lealtad del ingeniero Heberto Castillo, excepcional luchador social-, sólo sirva para construir un puente hacia otra opción política sin perder la perspectiva? Por ejemplo, en el Distrito Federal es posible que MORENA desplace al PRD de algunas delegaciones, salvo las muy arraigadas en materia de intereses oscuros, al tiempo que otras opciones, posiblemente el PAN y en algún caso el PRI aprovechen la confusión y la consiguiente pulverización de las izquierdas, en plural como suele subrayar el ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano al reconocer las diferencias y deformaciones de los diversos grupos confluyentes.
Tal, desde luego, NO significa de modo alguno, como insinuó el despistado presidente panista, Gustavo Madero Muñoz –quien le queda muy pequeño a su apellido-, para apostar por el tan ansiado bipartidismo, a la manera de la seudo democracia estadounidense en donde el clandestinaje de los señalados como “comunistas” exhibe las limitaciones políticas del mayor imperio capitalista. Más allá del Río Bravo, sin duda, los desencuentros retóricos entre “republicanos” y “demócratas” suelen ser un pulso permanente, acaso un contrapeso, con miras a dominar los escenarios de la Casa Blanca y el Capitolio más allá de intereses, controversias y emergencias planteadas. Por eso, claro, la pretendida ley migratoria de Obama fue detenida por la mayoría opositora sólo para estorbar las medidas humanitarias básicas. No importan los costos si las intenciones se enredan por minucias. Así piensan en Washington.
No olvidemos que, por antigua tradición, los mandatarios norteamericanos de origen republicano se acomodan más cerca del priísmo y los demócratas simpatizan con descaro con los panistas. Barack Obama, por ejemplo, se entendió mejor con calderón que como lo hace con peña nieto quien, en principio, se resistió a avalar la ilegal intromisión de los marines estadounidenses entre los marinos mexicanos y con ellos pudo realizar operativos, a muchos kilómetros de las costas y el mar, para publicitar las capturas de algunos capos en apariencia relevantes… cuando ya habían perdido poder o, de plano, tras las traiciones de sus propias células y sus respectivas negociaciones. Tal fue evidente con la ejecución, en Cuernavaca, de Arturo Leyva Beltrán, el 19 de diciembre de 2009.
Y luego se siguieron hasta Zapopan en donde dieron muerte, en apariencia, a Nacho Coronel Villarreal, uno de quienes comenzaban a separarse del cártel de Sinaloa, el 29 de julio de 2010. Hay versiones que insisten en la posibilidad de una simulación considerando que el ADN del cadáver presentado nunca coincidió con el resguardado en el Banco de tejidos y sangre en el búnker de la ahora Comisión Nacional de Seguridad bajo los valores de la antigua Dirección Federal de Seguridad. A más de dos años de la asunción peñista la jefatura sobre el organismo policiaco del gobierno central, éste no ha sido debidamente corregido en el organigrama general de la administración; y la propuesta Gendarmería Nacional, con acciones dispersas, no ha servido para maldita la cosa. ¿Es ésta la forma cómo se cumplen las “promesas” y “decisiones presidenciales” de peña? Uno más de los grandes fracasos del régimen.
Ante esta realidad, ¿acaso no sería terrible reducir las opciones políticas reales? Fíjense que hablo de las fuerzas auténticas no de aquellas convertidas en negocios familiares o evidenciadas como prolongación de las sectas religiosas estadounidenses que lograron cubrir los requisitos electorales a la sombra, sin asambleas conocidas –quizá se realizaron en algunos templos caracterizados por su capacidad de cooptación-, y con prerrogativas mayores a las obtenidas por la MORENA de López Obrador quien pasó apuros para integrar los expedientes para acceder al reconocimiento del INE al que ahora, en una contradicción flagrante, desprecia.
Es el cuento de nunca acabar: si no le merecen confianza las instituciones electorales, ¿nos está anunciando la continuidad de la cultura del fraude? De ser así ya no necesita un partido político que quede atrapada en la maraña construida por empresarios-ejército-marina-presidencia sino, más bien, un destacamento con reclutas y autodefensas dispuestos a ser apoyados por los subversivos de Guerrero y Chiapas en donde tantos meses ha pasado. ¿No lo habían notado?
En realidad, de quedarse el PRI y el PAN alternándose como “republicanos” y “demócratas” en la Casa Blanca y el Congreso norteamericano, no se haría sino reducir la conducción de México a una sola línea. Ya lo hemos medido con la sorprendente reacción del empresariado, que no se ha deslindado de una sola línea de su discurso, al definir su privilegiado sitio ante los mandos militares y el almirantazgo proponiendo “que no permitirá” la apertura de cuarteles como si en ellos se escondiera y resguardara el tesoro de la nación y no sólo los vestigios de los hornos crematorios supuestamente destinados a incinerar caballos viejos. Debieran asomarse por allí, digo, los estimulados animalistas a quienes no les gusta el circo pero se deleitan colgando cabezas de bisontes y colmillos de elefantes en su salas de estar.
Esta alianza entre la oligarquía y los mandos castrenses es, sin duda, y lo repito para no dejar dudas, el primer síntoma de una hipotética dictadura militar apoyada por el gran capital y ante la evidencia de los vacíos de poder regados por todos los niveles del gobierno como efecto de la enfermedad de peña nieto y la torpeza de un gabinete tan siniestro como inútil.
Tomemos el reciente caso sobre el crimen contra el mexicano Antonio Zambrano Montes, el 10 de febrero pasado, en Pasco, estado de Washington: las filmaciones no dejan lugar a dudas sobre el acribillamiento prepotente de tres policías estadounidenses pese a que el perseguido estaba sin armas y rendido, con las manos en alto. Lo mataron, sí, porque era mexicano y no compatriota suyo; habrían procedido igual si se hubiese tratado de un hombre de otra raza aun cuando el presidente Obama lo sea también pese a su alma de blanco listo a proceder como tal ante los grandes intereses corporativos que incluyen a la Casa Blanca.
No me atrevo ni a pensar cómo habrían reaccionado los odiosos vecinos del norte si el caso hubiera sido al revés. ¿En cuántas horas los tanques y misiles habrían llegado y rodeado al Palacio Nacional en caso de una respuesta no satisfactoria de nuestro gobierno? Ya lo han fraguado, en 1985 tras el crimen oscuro del agente de la DEA Enrique “Kiki” Camarena Salazar y su piloto mexicano, Alfredo Zavala –casi siempre olvidado-, y en febrero de 2011, cuando acribillaron a un agente fronterizo norteamericano e hirieron a otro más… ¡en el libramiento de San Luis Potosí!, esto es a cientos de kilómetros de la frontera! En sendos casos la motivación por acelerar la declaración de “estado fallido” a México fue prudentemente atemperada por las fuentes diplomáticas aunque quedara el rastro como un indicativo para proceder, en su momento, y brindarle extraterritorialidad a la justicia de la Unión Americana; total, pueden inspirarse en los husmeos ilegítimos del ex juez español Baltasar Garzón, destituido por haber pretendido aplicar la ley de la memoria histórica sobre el franquismo en su país: esto es, fue aplaudido por sus injerencias en el exterior y denostado por sus indagatorias en su propio suelo. ¡La justicia en todo su esplendor!
¿Quieren ustedes sólo a la derecha simulando un bipartidismo? Señor Madero Muñoz: calladito honra mejor al mártir cuya sangre ostenta.
Debate
La Procuraduría General de la República es una de las instituciones con más bajo nivel de reconocimiento en este México en donde, dicen, el 87 por ciento de los ciudadanos –de Las Lomas y Los Pinos- son felices. Acaso se refieren a cuantos no han sido considerados como sospechosos ni sus críticas calan tan hondo que dan lugar a intervención de teléfonos y advertencias veladas; más cuando se trata de periodistas con hijos que desempeñan funciones semejantes. Con un golpe pudieran quitarse a dos, como intentaron conmigo al asesinar a mi padre. No pudieron. ¡Malditos cobardes!
Mientras tanto el peculiar gobierno nuestro sigue exaltando, no sólo la labor del hidalguense jesús morío –murillo- karam, sino igualmente lanza mayores medidas para asegurar la transparencia en el ejercicio público, colocando bajo siete candados las informaciones torales considerándolas como riesgosas para la “seguridad del Estado”. Para colmo ahora, los comisionados del IDAI, a quienes no se les reconoce ninguna aportación seria para deslindar las graves responsabilidades de los funcionarios, se niegan a que se les reduzcan sus salarios –ante su escasa eficacia- y a despidos que ellos consideran injustificados aunque no puedan demostrar más que archivos con expedientes acumulados y jamás atendidos. Nunca se da la información requerida; era más sencillo antes… sin la transparencia oscura de los farsantes.
Caminan a la par el desprestigio de la PGR y el del IFA. Instituciones modélicas de lo inútil. ¿Qué va crearse una fiscalía general en vez de la PGR? Magnífico, siempre y cuando se somete a escrutinio general, como suele ocurrir en Estados Unidos –copiemos algo de lo bueno-, la terna que sugiera el presidente. De otra manera seguirá el ejercicio de la justicia dependiendo de las consignas superiores.
La Anécdota
El Arzobispo de Morelia, Alberto Suárez Inda, elevado al cardenalato por el Papa Francisco, nació en Celaya en 1939 es decir hace ya setenta y seis años por lo cual sus funciones como “príncipe de la Iglesia” serán muy breves en espera de la jubilación ineludible. ¿Cuál fue, entonces, el propósito de su consagración? ¿Darle importancia a sus palabras sobre la manipulación social en el caso de Ayotzinapa y quienes hacen de la masacre “pretexto” para una subversión sin siquiera haberse mojado las sotanas dada su avanzada edad?
Pocos saben que el nuevo Purpurado es hermano de Ricardo Suárez Inda, quien como alcalde de Celaya en octubre de 1999 fue acusado como responsable del estallido de una bodega rebosante de fuegos pirotécnicos, por él autorizada, con saldo de sesenta y tres muertos y 350 heridos. Me dicen que es cosa del pasado porque los designios de Dios son inescrutables. ¿Vale este aserto para la razón?