Rafael Loret de Mola – 47 Vítores del 94
- 47 Vítores del 94
- Nuevos “Bautistas”
- No hay Intercambio
Por Rafael Loret de Mola
Me retrasé un día para evitar caer en la burda generalización de elogios sobre Luis Donaldo Colosio a veintiún años de su execrable asesinato en Lomas Taurinas, Tijuana, en donde las obras llegaron para modificar, de inmediato, la escena del crimen y confundir, todavía más, a cuantos deseen investigarlo ahora o en el futuro; porque, sin duda, la verdad saldrá a flote por la sencilla razón de que existen elementos de enorme importancia que no han sido analizados por la justicia pero perviven en la memoria de los periodistas de verdad, no de quienes acompañaron al candidato al lugar de los hechos y se atrevieron a publicar una versión, obtusa y sin denuncias concretas, ¡diez o más años después!
En mi caso partículas sólo una vez fui citado por la Comisión de diputados encargados de investigar los crímenes contra Colosio y Ruiz Massieu, una larga denominación para un conjunto de legisladores cuyas patrañas eran dictadas desde Los Pinos en donde, claro, vivía aún el mayor beneficiario de la tragedia, este es quien alcanzó el privilegio de la Presidencia con el apoyo trascendente y definitorio de Joseph-Marie Córdova Montoya, uno de esos perversos sujetos escurridizos y de importación con los sellos del salinismo y la barbarie. Cuándo se intentó sentarlo en el banquillo de los acusados, en 1997, urdió una maniobra enajenada: señalar a quienes le señalaban, los legisladores perredistas –no los priístas, supuestos y felices deudos de su abanderado acribillado a mansalva-, aseverándoles que podría él revirar sus denuncias, exhibiéndolos por sus “calumnias”.
Por supuesto, no lo hizo de manera temeraria sino con toda la fuerza del presidencialismo, la misma que lo rescató de la escena del crimen contra José Francisco Ruiz Massieu, en septiembre del mismo año, 1994, enviándole como representante de México al Banco Interamericano con sede en Washington, bien blindado a grado tal que apenas en 2013, el entonces presidente de la Bolsa Mexicana de Valores, el hombre de la mirada siniestra y escrutadora, Luis Téllez Kuenzler, ¡le designó consejero del organismo sin el menor ruido por ello! Protegido hasta decir basta es el icono mismo de la política infamada y cavernaria, todavía hoy cuando la corrupción se ha desatado.
Y es que, claro, para lanzarse al ruedo de la réplica se inventó una demanda por daño moral contra el ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano, entonces aspirante perredista al gobierno de la ciudad –cargo que ganó holgadamente y conserva el PRD hasta ahora, dieciocho años después y sumará veintiuno en 2018-, para ensuciarlo convirtiéndole en sujeto bajo proceso para inhabilitarlo como candidato en las vísperas de los comicios respectivos. Una maniobra tan burda obviamente concebida desde Los Pinos para sacar la pelota de la cancha del intocable franco-español que ni siquiera es doctor como pomposamente se dice. Una farsa de principio a fin con el sello ensangrentado de los salinas.
En diciembre de 1994, el simulador zedillo, ernesto de nombre, al asumir la Presidencia tras unas elecciones en donde privó el “voto del miedo”, temor sí a que los acontecimientos de aquel año –incluyendo el alzamiento neozapatista jamás investigado acerca de sus fuentes con los salinas-, se desbordaran y colocaran a nuestro país en el ojo del huracán, bajo el flagelo de la violencia. Finalmente, pese a prorrogar la imposición de la derecha –con el apoyo de la Casa Blanca y de los votantes que se creyeron el cuento del cambio-, en 2000, llegamos al abismo anunciado: el colapso de la paz pública y social que se extiende, de modo dramático, por cada entidad de la República.
Si no fue en 1994, pese a los doce tiros del ejército sobre los neozapatistas y el casi automático “cese al fuego” decretado de modo unilateral por salinas, lo es ahora dos décadas después. El objetivo se cumplió a costa de arañar el “estado fallido” por los constantes traspiés políticos y militares del “comandante supremo de las fuerzas armadas”, sí, el presidente peña nieto.
Para disfrazar esta condición ominosa se negocia con las capturas de algunos célebres “capos”: “EL Chapo”, a quien se descubrió en un complejo turístico de Culiacán sin más protección que su sirviente en el lobby, “La Tuta”, encontrado de hecho solo como divagando, y los Zetas, el 40 y el 42 cuando menos, quienes ni siquiera opusieron resistencia como sí la hubo durante los operativos contra “Nacho” Coronel, en Zapopan, y “El Lazca”, dos de quienes integran ya el célebre “cártel del Paraíso” a donde recalan los muertos vivientes a quienes se cierran, con sus fallecimientos simulados, todos sus expedientes criminales. Lo grotesco se eleva a la utopía del mal… ya alcanzada.
Ojalá en este punto terminaran las cosas. Si examinamos la cadena de muertes oportunas desde entonces, es decir 1994, nos encontraremos con un hilo conductos: todos los que cayeron, varios desde el aire, habían tomado contacto con los poderosos grupos de narcotraficantes protegidos por algunos de los “padrinos” mayores que deambulan por la clase política contemporánea. Ya se ha mencionado a Manlio Fabio Beltrones aun cuando éste defendió su caso, airadamente, y replicó al New York Times sobre los señalamientos en su contra por sus supuestos nexos con el cártel de Juárez. Según me contó el propio Manlio, un año después de dejar la gubernatura de Sonora, el ardid se debió a otro distinguido priísta, Ricardo Canavati Tafich, primo de Bitar Tafich –el tercero dentro del organigrama del cártel mencionado en esos días-, y ex alcalde de Monterrey y ex legislador entre otros cargos obtenidos para mantenerlo tranquilo. El hecho es que ahora sendos personajes se dicen “muy amigos”.
Canavati, por cierto, dice haber protegido a Diana Laura Rojas viuda de Colosio ofreciéndole una casa en Monterrey de su propiedad. Con ello presumía de ser el único que podía ingresar al círculo de intimidad de la señora y de los niños huérfanos en el amargo año final de la misma, esto es hasta noviembre de 1994 cuando el cáncer se la llevó con vigilantes afuera de la sala de operaciones para cerciorarse de que ni en terapia intensiva pudiera hablar… como ella me dijo que tenía deseos de hacer para clarificar el drama de su marido y el de ella. Algo escribió pero le fue sustraído por su hermana quien se quedó, además, al cuidado de los pequeños. Ojalá que ahora, ya maduros, comprendan los orígenes del mal y no se dejen rodear por quienes se dicen amigos de su padre y su memoria cuando sólo tratan de encerrarlos en un círculo ominoso de silencios y mentiras. ¿O no es así Alfonso Durazo Montaño? Éste quien fue secretario privado de Luis Donaldo acabó entrando a Los Pinos en la misma función con vicente fox quesada y ahora es uno de los asesores de cabecera de Andrés Manuel López Obrador. Un saltimbanqui en toda la expresión de la palabra. Con la sangre de Colosio construyó, con sus adversarios, una carrera política francamente deplorable.
Por eso deben seguirse las huellas. ¿Ya nos olvidamos del sospechoso general Domiro García Reyes, enviado a diversas zonas militares –comenzó su periplo en Valladolid, Yucatán, en donde se hartó de comer cochinita pibil-, quien hace una señal con un papel en blanco antes de escucharse la primera detonación, mientras se frena y deja un breve espacio que posibilita la acción criminal?¿O del execrable ex gobernador de Oaxaca, tal fue su premio, Pepe Murat Casab, quien maniobró para convertir en una ratonera el mitin de Lomas Taurinas? Resulta ahora que su hijito Alejandro Murat Hinojosa, un junior con toda la barba, es ahora director del INFONAVIT y explica que “sólo” tiene dos departamentos de lujo en UTAH… adquiridos hace diez años, seguramente cuando terminaba su adolescencia. Muchos millones circularon por las manos de los mencionados y lo que falta descubrir.
Interrogué a Beltrones sobre quien pensaba era el autor intelectual del asesinato de Colosio y, sobre todo, si había dialogado con zedillo al respecto; y me respondió:
–Sí. Al presidente –zedillo-, le dije que mis sospechas llegaban hasta Canavati Tafich.
Y ahora son amigos. Círculo cerrado.
Debate
En México, acostumbrados como estamos a las fosas clandestinas y a los asesinatos de toda índole, dimos escasa importancia al crimen contra la aspirante perredista a la alcaldía de Ahuacuotzingo, Guerrero, un municipio perdido en las montañas en donde además se refugian los “capos”, los secuestradores y los saqueadores de minas, de nombre Aidé Nava González, de cuarenta y un años de edad y con muchas posibilidades de triunfo. Su esposo, Francisco Quiñonez Ramírez, ex alcalde de la misma localidad, también fue asesinado.
Dos años antes, en 2012, el hijo de la pareja, Francisco, fue secuestrado y hasta la fecha nadie conoce su paradero. Pero las presiones siguieron contra la pareja que quería alternarse en el poder, como los Kirchner en Argentina –Néstor y la deplorable Cristinita-, acaso un experimento para medir las posibilidades de las “primeras parejas” o de aquellas que aunque asome la cabeza el marido son gobernadas por las mujeres, tal el caso, por ejemplo, de los abarca de Iguala ahora encarcelados.
El hecho dantesco es que a Aidé, la candidata sacrificada, le cercenaron la cabeza al estilo de Juan el Bautista quien feneció por un capricho de una cortesana, hija del Emperador, Salomé. ¿Fue acaso un mensaje sobre que están dispuestos los mafiosos a modificar las reglas de la guillotina para aplicárselas al decadente PRD? ¿Quiénes, entonces, serían los beneficiarios? ¿Los priístas recalcitrantes que han dilapidado todas sus oportunidades engendrando y defendiendo cacicazgos inaceptables –con los Figueroa en primer término-? ¿O los miembros de los incipientes admiradores de la MORENA de Andrés Manuel, el hombre que se mantuvo cuatro meses recorriendo Oaxaca y otros cuatro en Guerrero sin detenerse en las zonas de conflicto ni ser molestado, en apariencia, por las células subversivas y del narcotráfico? Este hecho demanda, ya, una explicación por parte del protagonista porque cabe la especulación, lo es todavía, de que hubiese podido reunirse con los cabecillas del mal para tratar con ellos algún plan alternativo antes de los comicios de 2012. Y no se vale la rutinaria salida en falso, a paso de banderillas, como la respuesta sobre los ex salinistas que le acompañan como consejeros principales:
–Mi hermano, eso es cosa del pasado…
Pero los mentecatos están y viven en el presente.
La Anécdota
Algunos provocadores quieren incitarme a que me pronuncie como subversivo, molestos por las críticas que se han multiplicado a través de las benditas redes sociales gracias a las cuales he recuperado mi voz con enorme respuesta del público: algunos de nuestros comentarios han rebasado el millón de reproducciones y vamos por más hasta formar una cadena que sirva, con el verbo, para la toma de conciencias, primer paso hacia una revolución sin armas de fuego, salvo las de las palabras.
En esta circunstancia, claro, esas voces –las de los peñistas y sus hackers, identificados plenamente-, me dicen que pase a los hechos y no me detenga en la denuncia periodística. ¿Le pedirían a un ingeniero que se ocupara de un quirófano? ¿O a un abogado que diera una Misa? No entiendo por qué, entonces, un periodista para validar sus señalamientos debe pasar a la calle y a la trifulca. No es nuestro papel, salvo que el gobierno rebase sus funciones y ejerza la represión como, por desgracia, ha comenzado a hacerlo. Sirva lo anterior como respuesta a los “mala-sangre” que buscan, por todos los medios, una metida de pata nuestra para lanzarse en nuestra persecución.