¿Quién vigila el ciberespacio en México?
Un grupo de investigadores del Instituto Politécnico Nacional (IPN), especializados en ciencias de la computación, realizan estudios y desarrollan proyectos sobre seguridad en el ciberespacio a través del Laboratorio de Ciberseguridad del Centro de Investigación de Computación (CIC).
Se trata de un laboratorio que fue creado hace poco más de dos años, en noviembre de 2014, es el único laboratorio a nivel nacional especializado en estos temas, que aborda diferentes líneas de investigación como criptografía, seguridad en redes, seguridad en host, forense digital, malware, el internet de las cosas, ciudades inteligentes, esteganografía, sistemas detectores de intrusos, aplicación de los algoritmos evolutivos para la ciberseguridad, biometría, entre otros.
El laboratorio surgió como un esfuerzo para contribuir a la búsqueda de soluciones innovadoras para abordar el problema de la seguridad del ciberespacio y sus usuarios, sobre la seguridad de la información y los activos críticos de tecnologías de la información (TIC).
De acuerdo con Eleazar Aguirre Anaya, jefe del laboratorio, el espacio se centra en varias actividades, entre ellas, vinculación, desarrollo tecnológico, investigación básica, docencia y difusión de la ciencia.
En el par de años que lleva operando el laboratorio, se han realizado dos ediciones de la Semana de la Ciberseguridad, conformado principalmente por talleres científicos. Es un llamado abierto y gratuito, donde la mayoría de los asistentes son especialistas de otros centros de investigación y universidades nacionales.
En este corto tiempo, el laboratorio también ha capacitado a otras policías en Centroamérica vía la Organización de Estados Americanos (OEA), en una colaboración a través del Comité Interamericano contra el Terrorismo (CICTE), un departamento contra el terrorismo enfocado en fortalecer las capacidades de los países miembros para que puedan dar respuesta a este tipo de problemas.
A través de esta serie de colaboraciones con instituciones, el laboratorio se dedica a abordar con ellos problemas tecnológicos para generar herramientas que les pudieran servir para contrarrestar el delito o para protegerse de ciberataques.
Uno de los desarrollos del laboratorio es una plataforma que se creó a partir de un proyecto Conacyt y está actualmente vigente. En dicha plataforma, que está abierta al público, es posible seleccionar una aplicación que permite al usuario identificar malware previo a que sea instalado en un teléfono celular, o incluso cuando ya está alojado.
El grupo de investigación ha realizado proyectos con inteligencia artificial, algoritmos bioinspirados, algoritmos genéticos de conservación de secuencias genéticas, entre otros.
Otro de los proyectos que se están desarrollando es el análisis de bitcoin, una moneda virtual cuya característica principal es que genera anonimato en el ciberespacio. Esta característica ha sido explotada por la delincuencia organizada. Según explica Aguirre, muchos de los eventos maliciosos, como trata de personas, pornografía infantil, secuestros, utilizan este tipo de moneda porque les permite ocultar su identidad.
A partir del año pasado, el Laboratorio de Ciberseguridad formó un equipo de respuesta a incidentes que por ahora está enfocado en atender las necesidades del CIC, pero el objetivo es poder atender escuelas, universidades e inclusive agentes externos.
Hay varias formas en las que se puede participar con el Laboratorio de Ciberseguridad de acuerdo con la situación académica de los aspirantes. Una de ellas es asistir al seminario de investigación CISEG como estudiante de primer semestre de CIC-IPN. Otra es asistir a CISEG como estudiante de tiempo completo de la CIC-IPN, así como a través de servicio social, estancias de investigación y prácticas profesionales o visitando CISEG para estancias de verano en programas como Delfín (Programa Interinstitucional para el Fortalecimiento de la Investigación y el Posgrado).
Fuente: CONACyT