Primera biblioteca de divulgación de la ciencia en México
Por Tania Robles
México, DF. (Agencia Informativa Conacyt).- La ciencia en nuestro país ha tomado un papel más importante a lo largo de los años. Aunque en México la divulgación de la ciencia se remonta a varios siglos atrás, hoy se realizan más esfuerzos que nunca en esta materia. Un ejemplo de esto es la Biblioteca Manuel Sandoval Vallarta, la primera y única biblioteca de divulgación de la ciencia en México.
Esta biblioteca hoy forma parte de la Dirección General de Divulgación de la Ciencia (DGDC) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Han pasado más de 40 años desde su fundación, originada por el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) cuando este aún era llamado Instituto Nacional de Investigación Científica. Actualmente, el material que resguarda se obtiene por medio de donación del público o a través de la DGDC.
Los usuarios que recibe son el público general interesado en el tema, becarios de la DGDC, personal de la Casita de las Ciencias de la DGDC, investigadores y estudiantes de posgrado; así como visitas de niños de preescolar a la sala infantil con juguetes educativos y libros de divulgación para pequeños.
Pasado y presente
Los inicios de la biblioteca se remontan a 1971 cuando fue formada como la Unidad de Información y Documentación del Conacyt y contaba con alrededor de tres mil libros y seis mil 500 folletos. Luego, en enero de 1976, fue transformada a Centro de Documentación de Política Científica y Tecnológica (Cipcyt); en 1988 se convirtió en el Centro de Información y Documentación (Cidoc) Manuel Sandoval Vallarta.
En 1991, al mudar Conacyt su sede —que se encontraba en Ciudad Universitaria—, se convirtió esa instalación en el Museo de las Ciencias Universum y, mediante un acuerdo entre el Conacyt y la UNAM, se decidió que la universidad resguardaría el acervo en el Cidoc, que ahora es conocido como Biblioteca Manuel Sandoval Vallarta.
En esa época, eran más de ocho mil volúmenes de libros de consulta, alrededor de 800 títulos de publicaciones periódicas, una videoteca, mapoteca, siete mil tesis de exbecarios Conacyt, seis mil 500 documentos de política científica y seis mil documentos del Sistema Nacional de Investigadores (SNI).
Cuando la UNAM y el Museo Universum adoptaron el aún llamado Cidoc, se optó por redirigir los objetivos del recinto, “la misión principal que tenía la biblioteca cuando formaba parte de Conacyt era fortalecer y ofrecer servicios documentales para trabajadores del consejo y tesistas. Luego cambiaron la misión y visión de la biblioteca y se convirtió en una biblioteca de divulgación de la ciencia”, explicó el maestro Raúl Ortega Muñoz, coordinador y director de la biblioteca.
Entonces, el 12 de diciembre de 1992 se inauguró como Biblioteca Manuel Sandoval Vallarta UNAM-Conacyt. En adición a los archivos conservados de Conacyt, se agregaron acervos de la Biblioteca del Centro Universitario de Comunicación de la Ciencia (CUCC), alrededor de tres mil volúmenes especializados en la divulgación de la ciencia, a diferencia del de Conacyt, mayormente enfocado en política científica y tecnológica.
Hoy en día, la Biblioteca Manuel Sandoval Vallarta forma parte de las 132 bibliotecas del Sistema Bibliotecario de la UNAM. Por lo que todo el acervo se encuentra registrado en la base de datos de la universidad.
Ciencia para todos
Con 21 mil 521 títulos y 27 mil 458 ejemplares referentes a la divulgación de todas las ciencias, esta biblioteca única en el país sigue creciendo y trabajando para mejorar su papel en el país.
En la Biblioteca Manuel Sandoval Vallarta se pueden encontrar títulos relacionados con museología, historia, arte, filosofía de la ciencia, sociología, física, química, biología, zoología, anatomía, fisiología, ciencias de la salud, astronomía y tecnología, siempre desde el punto de vista de la divulgación de la ciencia.
Dado que forma parte de la DGDC, esta biblioteca cuenta con bibliografías de apoyo para las exposiciones permanentes de las salas del Museo Universum, permitiendo que los visitantes amplíen su conocimiento de forma autodidacta.
Se realizan actividades como charlas o visitas guiadas, talleres, cursos, y cuenta con una sala de recursos electrónicos en donde, a través de Internet, se pueden consultar los catálogos globales, la biblioteca digital, bases de datos y revistas electrónicas. También existe una sala de consulta, sala de video, sala de consulta de revistas y una sala infantil. El registro de usuarios y préstamo a domicilio es exclusivamente para la comunidad de la DGDC; sin embargo, la consulta dentro de la biblioteca es abierta a todo el público.
Además, dentro de la biblioteca es posible consultar el catálogo y hacer uso del material de la videoteca que contiene material sobre astronomía, paleontología, biología, anatomía, entre otros temas, con un total de 761 títulos disponibles para proyectarse en las salas correspondientes de la biblioteca.
El acervo de revistas es de 11 mil 729 fascículos con 741 títulos relacionados con la divulgación de la ciencia. Algunos de los títulos de revistas son nacionales como la revista Arqueología mexicana, Conversus, ¿Cómo Ves?, o internacionales como Science as Culture, Physics Today, Science et Vie, Wired, entre otras. Desde 2011 existe una fototeca dentro de la biblioteca que permite la consulta y solicitud de material fotográfico para usos académicos.
Parte de su riqueza documental también son por ejemplo los recursos que contiene Divulcie, que es una base de datos de publicaciones periódicas existentes dentro de la biblioteca, pero cuya diferencia radica en que se trata de catalogar los artículos de manera separada y también de aquellas revistas que, aunque no se encuentren indexadas, se trata de divulgar y que no son conocidas por todo el público. Esta resguarda siete mil artículos en español, inglés y francés, y solo pueden ser consultados desde direcciones de Internet de la UNAM por cuestiones de seguridad.
Otra parte muy importante de la biblioteca son las colecciones especiales del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) de datos demográficos, del Consejo Nacional de Población (Conapo), libros antiguos del siglo XIX, cartas geográficas de la mapoteca.
“La divulgación de la ciencia no va desvinculada del conocimiento científico y tecnológico, pero se dirige hacia la divulgación y difusión de todas las ciencias, desde las sociales, técnicas o puras”, concluyó el maestro Ortega Muñoz.