País de Trompadas y Chihuahua Replica
- País de Trompadas.
- Chihuahua Replica.
Por Rafael Loret de Mola
Golpes por aquí y por allá, muertos en cada entidad, justificaciones vanas y pueriles por parte de las autoridades –según peña estamos en el país en donde no pasa nada… pero ya sabemos cómo es-, incongruencias notables, propensión a la mayor e indignante corrupción de la historia, amafiamiento evidente con las peores células del crimen organizado, incluyendo los cárteles de mayor cobertura, y una notable tendencia a fabricar, ya desde ahora, el fraude comicial pare el primero de julio próximo. ¿Creemos en el gobierno o en la memoria histórica y el acopio de jornadas impregnadas de vileza en donde se juega con la voluntad general?
Sólo trompadas, como las de los niños de primaria que se disputan el terreno propio para los juegos en el recreo o acaso una mordida a la torta del compañero, el debilucho y tímido de sus compañeros –quien, a la larga, resulta el mejor entre ellos-, sin que nadie recuerde los hechos a día siguiente mientras los maestros vuelven las espaldas y se hacen tontos para evitar escandalitos. Así, hoy, los gobernadores presionados a actuar como indican los intereses del mandatario federal, ávido en conseguir la hazaña de manipular los votos para hacer ganar a su candidato e impedir cualquiera desviación o fisura de eso que llaman el sistema político.
Arañazos que, sin embargo, tuvieron un detonante mayor, ¡ah, Chihuahua!, en la norteña entidad en donde la violencia se ha disparado como nunca: en el principio de año, la primera semana de este enero, cayeron sesenta y una personas por la violencia sorda y no sólo entre los grandes grupos delincuenciales que, desde 1995 y provenientes de Sinaloa, se asentaron en Ciudad Juárez, primero con Rafael Aguilar Guajardo y luego con Amado Carrillo Fuentes, y luego se extendieron desde allí hasta erosionar el Palacio de Gobierno convirtiéndolo en la sede principal de los cárteles, sobre todo los Zetas pero también el del Golfo y el de Tijuana además de la pretendida “confederación” de Sinaloa, en un desafío abierto contra la justicia y el Estado de Derecho… que ya ha sido vencido.
Desde Chihuahua, la de los dorados de Villa y los dorados valles, se alzó la voz de un gobernador de extracción panista, juarense y niño maravilla en sus tiempos, Javier Corral Jurado, pareja que fue de una conocida periodista, para asestar un golpe de nocaut a la administración peñista acusándola de condicionar la entrega de 770 millones de pesos al cese de las pesquisas sobre las desviaciones del PRI en la entidad, obviamente incluyendo las órdenes de aprehensión contra el todavía intocable –por poco tiempo, César Duarte Jáquez, uno de los peñistas más encendidos y reconocidos.
Fue tal la vehemencia del mandatario estatal que nos recordó a Don Venustiano Carranza cuando, desde la Coahuila hoy infamada por una familia vulgar y rastrera, lanzó su proclama para formar el Ejército Constitucionalista para expulsar al usurpador Victoriano Huerta Márquez del poder Ejecutivo. La diferencia es que éste es otro país y las fuerzas locales no podrían enfrentar a la fusión del ejército, la marina y los narcos sobrados de armas y de blindajes internacionales.
Pese a ello, la voz llamó a una alerta nacional.
La Anécdota
Embaucado en su discurso contra la simulación del gobierno federal y la abyecta oferta de José Antonio González Anaya, el secretario de Hacienda cuñado de carlos salinas, en el sentido de negociar las prerrogativas de ley a cambio de cesar las indagatorias que tocan a “distinguidos” priístas, entre ellos el impresentable Manlio Fabio Beltrones, Javier Corral trató de zafarse de caso de Miroslava Breach, nuestra colega asesinada el 23 de marzo de 2017, precisamente en el vigésimo tercer aniversario del magnicidio de Luis Donaldo Colosio. No existen casualidades; tómese en cuenta.
Sucede que Corral, producto de la partidocracia, atinó al enfrentar a gobierno peñista pero resbaló al ocultar un hecho incontrovertible: la protección extralegal brindada a dos panistas, Alfredo Piñeira, vocero del partido, y Hugo Amed Schultz Alcaraz, ex alcalde de Chínipas, quienes presionaron a Miroslava para que revelara sus fuentes cuando lo contrario, no hacerlo desde luego, es un derecho dentro de las supuestas protecciones para los periodistas, obviamente sometidos a las consignas de cada autoridad. Fue entonces cuando la credibilidad del mandatario estatal rodó por los suelos.
En México, los partidos huelen a muerte.