MOVILIDAD, FRENADA POR FALTA DE ACUERDOS ENTRE CONCESIONARIOS Y AUTORIDADES: EXPERTO DEL IPN

  • Advierte que los avances tecnológicos y conceptuales, no son aplicables por el bajo desarrollo cultural del sector transporte; León y Monterrey ejemplos positivos en materia de movilidad

México, D. F., a 16 de abril de 2014

“La tecnología del transporte está muy avanzada para poder desarrollar cualquier programa de servicio y control de operaciones para ajustarse a las necesidades de los usuarios, pero en este momento toda esa tecnología no se puede incorporar hasta que el desarrollo cultural del sector lo permita”, advirtió el director de la carrera de Tecnología del Transporte en la Unidad Profesional Interdisciplinaria de Ingeniería y Ciencias Sociales y Administrativas (UPIICSA), Javier Hernández Hernández, al sostener que los problemas de movilidad no son técnicos sino culturales.

El académico participará como ponente en el 7º Congreso Internacional del Transporte que organiza la Asociación Mexicana del Transporte y la Movilidad (AMTM) y explica que a nivel país sigue predominando la figura del Hombre-Camión, el manejo discrecional de las rutas de transporte y la oferta no controlada de servicios.

“En muchas ciudades ha mejorado la tecnología vehicular pero en muchos sentidos se sigue operando tradicionalmente, con manejo peligroso y servicios sobre ofertados”, precisó el politécnico y afirma que a nivel nacional se deberían de tomar como ejemplo los planes de movilidad de las ciudades de León y Monterrey, donde han tenido resultados efectivos y positivos en materia de movilidad, con correctos programas de articulación e intermodalidad.

Desde la perspectiva del docente, el problema de la movilidad y su verdadero reto está en lograr que transportistas y autoridades se pongan de acuerdo, que logren entender de forma gremial unos y que las autoridades sirvan como facilitadores de estos procesos y no se queden en la parte discursiva.

“Hay demasiados intereses en juego, confrontados, algunos divergentes, que no logran cuajar la transformación. El proceso real no es técnico, es de orden social. No hay un convencimiento real, no hay un convencimiento de fondo. No es un problema técnico, es un problema de cómo logramos cambiar la mentalidad para superar los miedos que tiene el sector para transformarse”, afirma Javier Hernández y apunta que mientras conceptualmente algunas ciudades, como México y Jalisco, han aprobado leyes de movilidad, sin embargo en el Distrito Federal la inversión pública sigue yendo hacia los segundos pisos y a fomentar el uso del automóvil.

“Conceptualmente estamos muy avanzados, desafortunadamente en la parte real estamos muy atrasados. Hay una seria contradicción entre lo que se dice, en términos conceptuales y lo que se hace, desde el punto de vista del presupuesto”, agregó y aludiendo a la Ciudad de México y su zona conurbada, subraya la falta de una visión metropolitana, la ausencia de planeación y de evaluación sobre los planes de movilidad para la ciudad.

El director de la carrera de Tecnología del Transporte opina que aparentemente en la Ciudad de México cada medio de transporte tiene su propio plan de desarrollo, su propio plan de articulación y no existe una visión integral en término de intermodalidad que sería indispensable para el desarrollo de la ciudad, pero más aún carece de una visión metropolitana que sería obligada para la ciudad.

“La Ciudad de México, es una zona metropolitana y el transporte debe visualizarse así, por lo tanto, las autoridades tanto del Distrito Federal como del Estado de México, las delegaciones y los municipios tienen que contar con un mismo plan de transporte. Si no ocurre de esta manera los problemas de movilidad no se resolverán”, explicó.

Finalmente, Javier Hernández reitera que es la autoridad quien se debe convertir en facilitadora y participe de estos procesos de transformación pero con estrategias que apoyen a las rutas que busquen convertirse en empresas, “me da la impresión de que es un tema discursivo, faltaría que la autoridad estableciera una forma específica de asignar recursos, contará con criterios claros y la capacidad de evaluar los impactos de sus inversiones”, concluyó.

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