Vídeo – Mary Poppins: un clásico del cine infantil
Por Elizabeth Piña Hernández
Se cumplen 51 años de la fantástica adaptación del cine de la obra Mary Poppins de P. L. Travers que Walt Disney convirtió en un musical, en el cual relata historia de vida de una familia inglesa formada por un padre banquero, una madre sufragista y dos niños rebeldes -que pretenden llamar la atención de sus padres haciendo la vida imposible a todas las niñeras. Sin embargo esta se verá perturbada con la llegada de Mary Poppins, una extravagante institutriz que baja de las nubes empleando su paraguas como paracaídas. Debut y Oscar para Julie Andrews en este clásico del cine familiar que en su día batió récords de taquilla. Una niñera mágica y canciones pegadizas que harán las delicias de los niños de la casa.
Sin embargo como nos demostró el filme: El sueño de Walt (2013) de John Lee Hancock, conseguir los derechos de la novela no fue una tarea sencilla para Walt Disney, además de que la autora puso varias condiciones a la propuesta fílmica, algunas le fueron concedidas (por ejemplo que los personajes principales no fueran animados) y otras no (Travers no quería que Julie Andrews encarnara a la protagonista pues su belleza le parecía lejana a la idea que ella tenía de la nana mágica).
Pero también hubo dificultades en aspectos creativos. La necesidad de efectos especiales para contar la trama de esta película con más 100 pinturas mate estuvieron a cargo del el maestro Peter Ellenshaw las cuales ayudaron a que cobrar vida ese mundo irreal, además de utilizar animación de cuadro a cuadro conocida hoy en día como la técnica de stop motion. Además se utilizaron: un pájaro robotizado y una pantalla de vapor de sonido (pantalla naranja). Todos estos efectos iban en una dirección: las secuencias en las que los protagonistas interactúan y bailan con los dibujos animados, en este aspecto Walt Disney reconocía la influencia de una película como Levando anclas (George Sidney, 1945) en la que hay una secuencia en la cual Gene Kelly baila con Jerry. Sin embargo el arte de esta película va más allá de eso pues la partitura de la película escrita por los hermanos Sherman es prodigiosa, la dirección de arte y el vestuario que remiten al Londres gótico de Charles Dickens. Curiosamente un año después Julie Andrews encarnará a otra nana pero esta vez en la barroca y luminosa ciudad austriaca de Salzburgo, pero esa es otra historia.