F for Fake un cineasta de centenario
Por Elizabeth Piña Hernández
La mentira detrás del arte, el juego detrás de su aparente seriedad, todos esto aspectos del arte se encarnan en la figura de Orson Welles, la cual se ha ido dibujando y diluyendo al mismo tiempo en sus películas, donde siempre predomina su compleja mirada personal, la cual siempre fue objeto de ataques y censura, sobre todo en su etapa hollywoodense. El film F de fraude (1975) es quizá su trabajo más personal, pues es un documental dual, sobre el fraude y la falsificación, sobre la delgada línea que hay entre la verdad y la mentira, por eso va desde Elmyr de Hory y su biógrafo, Clifford Irving, autor también de la engañosa biografía del millonario Howard Hughes a los inicios de su carrera en el cine con la emisión radiofónica “The War of the Worlds” donde la tierra es acechada por una invasión marciana donde más tarde fue llevado a la cárcel por incitar al pánico por las autoridades locales y el cual se recuerda: “Yo no fui a la cárcel, Yo fui a Hollywood”, lo que lo llevo a hacer Citizen Kane (1941).
En esta película vemos al cineasta Orson Welles quien nos relata su historia comenzando con “el mago”; la magia en el cine resulta ser el inicio de toda una mentira montada bajo una pantalla. A partir del magnífico mago Georges Jean Méliès el gran ilusionista del cine vemos el surgimiento de este documental. Un niño mirando la magia de Orson Welles es un niño mirando su infancia con el famoso mago Robert Houdin y un inicio de un patín con Citizen kane.
El mago comienza el espectáculo filmando una mujer caminando en las calles con una cámara escondida donde el morbo de los peatones hace que la miren por eso los terminan convirtiéndose en actores de ese experimento. Es así como nos introduce una mentira con personajes fraudulentos en el arte del cine. La película resulta ser una mezcla de un montaje donde el documental y la ficción se entremezclan para manipular al espectador.
Orson Welles muestra su experiencia en el arte haciendo una mirada al Señor Elmyr Feren Hoffman el mayor falsificador de Modigliani , Picasso, etc. personaje de cinismo entrañable que argumenta sus actos diciendo que unos cuadros más no le vienen mal a la obra de Modigliani o bien que su trazo y manejo del pincel es superior al del pintor italiano. La impostura de arte resulta preguntarse si esto es arte a pesar de ser “falso” y pone en tela de juicio el oficio del crítico de arte. De ahí llega a las obras anónimas, esas enormes catedrales medievales cuyos autores son anónimos y sin embargo su arte ha sobrevivido guerras y quizá permanezca cuando el hombre se extinga.
Finalmente una recreación de un falso encuentro entre la mujer del principio y Picasso, la cual está basada en la debilidad del pintor español hacia las mujeres. Una fotografía, una ventana, la voz de Welles y el cuerpo progresivamente desnudo de la mujer es lo único que basta para lograr una secuencia memorable, donde Welles a base de fotografía reproduce el cuadro imaginario que Picasso habría logrado luego de ese falso encuentro. Un cuestionamiento a la mujer donde nos devela lo falso de todo ese pasaje y un acto de magia imposible culminan esta obra de arte sobre la falsedad y artificio del arte.