Es el Acabose y El Pedigrí de la PGR
- Es el Acabose.
- El Pedigrí de la PGR.
Por Rafael Loret de Mola
Más de cinco años de ejercicio del señor peña nieto quien, en el finiquito de su mandato y tras dilapidar su capital político, enfrenta el rechazo del 85 o 90 por ciento de los mexicanos con el más bajo nivel de aceptación de los sexenios predecesores; esto es, digamos arrancando en la primera gestión sometida a esta medición. Cuando calderón se fue –a volar por el mundo y en primera clase como demuestra reciente gráfica contradiciendo la demagógica anterior en la que se observaba en la “económica” como una aportación proselitista a favor de su querida “Cocoíta”, cuando aspiraba al gobierno michoacano por segunda vez-, creímos que habíamos tocado fondo… pero la caída desde la peña de Atlacomulco ha resultado bastante más pronunciada.
Si calderón nos legó una guerra inútil –cien mil muertos sin que se lograra el objetivo de disminuir las “exportaciones” de drogas al gran mercado del norte en un solo gramo-, una farsa montada con la perversidad propia de los guardianes de las barras y estrellas, peña nieto ha acrecentado el conflicto hasta dimensiones imposibles de prever hace apenas tres años: cuando menos, la tercera parte de las entidades del país viven bajo el caos, tres de ellas son ingobernables en sentido institucional –Michoacán, Tamaulipas y Guerrero-, y veintidós en total deben pagar una suerte de alcabalas a los grupos criminales filtrando nuestros impuestos. Es decir, en buena medida, la mayor parte de los mexicanos sostiene a los cárteles y los provee de fondos amén de cuanto éstos obtienen de los ayuntamientos tomados, de facto, por las mismas bandas. ¡Y se culpa de ello a los infelices policías municipales!
Considerando lo anterior, cuanto sucede en Tamaulipas, acaso mantenido en segundo plano por la efervescencia de las masacres en Guerrero, Michoacán y otras entidades, es de tal nivel de aberración que supera cualquier inclinación por la ficción. Allí, un hermano traiciona la memoria de otro, cae rendido por cobardía ante los capos y los cárteles, deja el territorio de su entidad en manos de los mismos y negocia con el gobierno federal una estrategia para aparentar que los operativos permanecen dándose el lujo de exhibir que las matanzas recientes así lo demuestran. Todo ello hasta aceptar una alternancia a favor de un delincuente juvenil, Francisco García Cabeza de Vaca. Falacias criminales bajo el sello más acreditado de la impunidad.
La Anécdota
Cifras del gobierno en 2016: ciento y un funcionarios han sido “castigados” por corruptos, con multas que suman veintidós millones de dólares, por el gobierno mexicano y antes de entrar en vigor la ley “anticorrupción” que, de pasar a la praxis, pondría en primera línea al actual depositario del Ejecutivo federal. ¿Mucho o poco? Por desgracia, los filtros no han sido superados por los burócratas de medio pelo mientras los de alcurnia ni siquiera se preocupan ni despeinan. ¿O acaso ya se abrió alguna investigación sobre la gestión del deplorable ex procurador general, Jesús Morío –Murillo- Karam, cuyos saldos fueron desastrosos? No lo hará, seguro, Raúl Cervantes Andrade, el señor de los mensajes encriptados.
Todo esto me recuerda a Walt Disney y su célebre cinta: “Ciento y un dálmatas”, en donde los perritos actúan mejor que sus dueños.