En peligro la TN, la visa de los científicos mexicanos por el “sueño americano”
Casi 16 mil mexicanos altamente calificados, especialistas en 40 disciplinas científicas y tecnológicas, recibieron en 2015 ofertas laborales para ejercer profesionalmente en empresas, institutos, centros de investigación y universidades de Estados Unidos.
Desde 1994, el principal instrumento migratorio que incentiva y facilita la movilidad temporal del talento profesional mexicano que demanda Estados Unidos ha sido la visa TN, creada por el gobierno de este país tras la firma del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN).
Astrónomos, biólogos, físicos, geólogos, matemáticos, químicos y zoólogos, además de profesionistas en humanidades y salud como abogados, psicólogos, médicos y dentistas, entre otros, han ejercido temporalmente sus profesiones en Estados Unidos al amparo de la visa TN, que había simplificado progresivamente los requisitos para mexicanos.
Según datos recabados por el Consejo Nacional de Población (Conapo), en 2005 únicamente mil 888 graduados universitarios mexicanos, con experiencia profesional comprobable, obtuvieron la visa norteamericana TN.
La eliminación de los requisitos de peticiones y solicitudes de condiciones laborales en 2005, incentivó el interés por esta visa, por lo que una década más tarde, 12 mil 996 compatriotas obtuvieron el documento migratorio, un aumento de casi 700 por ciento.
La visa de los genios
La visa TN es considerada por expertos en movilidad científica y empresas reclutadoras de talento en México como una excelente alternativa frente a la visa H-1B, llamada popularmente “la visa de los genios”, creada para atraer talento extranjero altamente especializado a Estados Unidos, principalmente al sector de alta tecnología, pero que tiene la desventaja de estar sujeta a una cuota máxima anual y ser sorteada para enfrentar su altísima demanda.
Desde las primeras semanas de su nueva administración, el presidente norteamericano Donald Trump había cuestionado los criterios y métodos para conceder la visa H-1B, al afirmar que privilegia a extranjeros frente a trabajadores norteamericanos.
El pasado martes 18 de abril, Trump emitió una orden ejecutiva que ordena una reforma para endurecer el control en la asignación de visas H-1B para extranjeros altamente calificados.
“Si uno analiza los datos de la visa H-1B, se da cuenta que no es la forma más importante que tienen los científicos mexicanos para irse a trabajar a Estados Unidos, es muy poco significativa”, dice la doctora Sylvie Andrée Didou Aupetit, coordinadora de la Red Temática del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) sobre Internacionalización y Movilidades Académicas y Científicas (RIMAC).
Didou Aupetit documenta su afirmación con cifras oficiales: en 2015 solo dos mil 894 mexicanos altamente calificados migraron temporalmente a Estados Unidos luego de obtener la visa H-1B, en contraste con los 12 mil 996 que lo hicieron con la visa TN.
“Para los mexicanos con altos niveles de formación, la famosa visa TN ha sido la mejor alternativa; aunque no todas las visas TN están siendo utilizadas para la movilidad científica, sí representan un total mucho más significativo entre las visas de no inmigrantes concedidas por el gobierno de Estados Unidos”.
Al mismo tiempo que el presidente norteamericano anunciaba el endurecimiento de los requisitos para la visa H-1B, amenazó con abandonar el TLCAN si determina que su renovación —actualmente en proceso— no es satisfactoria para su país.
Ante esta amenaza, que implicaría consecuencias directas para la movilidad de miles de mexicanos con altos niveles de preparación, la coordinadora de la RIMAC recomienda prestar atención y preparar medidas ante el posible regreso de científicos y tecnólogos al país.
“Creo que las políticas de Donald Trump sí impactarán en la movilidad de alto nivel, no podemos saber por ahora en qué medida, pero es probable que haya un regreso de científicos mexicanos que se combinará con otro fenómeno: el desaliento para irse a Estados Unidos para trabajar y estudiar”, considera la especialista del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav).
Y ella expresa su preocupación ante los programas de repatriación de talento de corta duración, diseñados para científicos mexicanos que vienen al país por unas semanas, participan en grupos de investigación y regresan al extranjero a continuar con sus contratos en universidades y centros de investigación.
Científicos en crisis
El capítulo de los ingresos también es un factor que desalienta el retorno de mexicanos con altos niveles de preparación, lamenta Didou Aupetit. Los salarios de la academia son menos competitivos en términos internacionales, lo que crearía, a decir de la experta en movilidad científica, una situación de doble crisis: la perspectiva de un regreso a una economía vulnerable, donde predominan sueldos poco atractivos.
Para concluir, Didou Aupetit manifiesta su escepticismo ante las voces que plantean a México como un destino atractivo para albergar a científicos extranjeros, frente al endurecimiento de las políticas de inmigración de Estados Unidos.
“No es solamente una cuestión de visas y sueldos sino de equipamientos. Un científico se mueve por varias razones: porque puede tener buenas condiciones de infraestructura para investigar, además de percibir un sueldo atractivo dentro de grupos académicos reconocidos a nivel mundial, ¿y cuántos son los grupos académicos que presentan esas condiciones en México?” (Agencia CONACyT)