Cómicos suicidas: un mundo oscurecido por la risa
Por Elizabeth Piña Hernández
Ni un sombrero, ni un guiño, ni una frase chistosa pueden salvar a los cómicos de una vida atormentada. A lo largo de la historia han existido infinidad de cómicos que no solo pretenden hacer reír al espectador de forma natural o espontanea, si no que forman discursos complejos o formulan situaciones sociales creando obras artísticas excepcionales con el fin de contemplarlas y admirarlas. El trabajo de estos de actores implica la formación de personajes, actitudes provocativas, vestuarios ridículos, ingeniosos diálogos, réplicas y contrarréplicas (juegos de palabras) y situaciones personales que los llevan a sumergirse en realidades diferentes.
En los años 20´ surgió “la edad de oro del cine cómico” que contemplaba a los grandes genios de la comedia como Max Linder, Charles Chaplin, Buster Keaton, Harold Lloyd, Fatty, Mack Sennett, Harry Langdon, Stan Laurel, Oliver Hardy y el Gordo y el flaco, quienes establecieron arquetipos inolvidables. ¿Pero que había más haya de construir un personaje? ¿Que llevaba a un cómico a pasar de la alegría a la tristeza? ¿En qué realidad vive el cómico después de un show? ¿Por qué un cómico tiene tendencias suicidas? ¿Qué hay detrás de una vida fuera del escenario? Es el caso de la estrella del cine mudo Max Linder quien acabó con su vida después de una batalla contra la depresión posteriormente de no haber tenido ofertas de trabajo ya que la competencia se ponía cada vez más dura y por tener que adaptarse a la llegada del cine sonoro y luchar contra el olvido. Linder se suicidó junto con su esposa, Helen Peters, muriendo juntos por una sobredosis de Veronal que se inyectaron a sí mismos el 31 de octubre de 1925 en el cuarto piso del Hotel Baltimore en la avenida Kleber en París. Un hombre que fue maestro de todos y que como todos es remplazable para la industria.
Además como muchos de estos tuvieron vidas atormentadas, Chaplin tuvo varios problemas con sus hijos y las mujeres de sus matrimonios, quienes lo describían como un ser de una profunda frialdad, pues en esencia era un hombre solitario y sumamente histérico. Buster Keaton pasó mucho tiempo internado en hospitales psiquiátricos debido a su alcoholismo y depresiones. Aunque quizá esta condición trágica fue agravada por la llegada del cine sonoro, pues todos, a excepción de Chaplin, desaparecieron del firmamento cinematográfico, y aparecieron nuevas figuras como los hermanos Marx y la comedia romántica, centrada en problemas sentimentales donde el humor estaba al servicio de la palabra y aquí los guionistas y directores eran quienes jugaban un papel fundamental: Ernst Lubitsch, Preston Sturges, Frank Capra y Billy Wilder eran las figuras más destacadas. En algunos casos, esta conjunción de las películas y el sonido dio como resultado el cine musical y en EE.UU., propició la aparición, con la suma de elementos cómicos, a la llamada “Comedia musical americana”. Dos casos trágicos que marcaron de forma oscura este género son el de Marilyn Monroe que supuestamente murió a causa de una sobredosis accidental o voluntaria de barbitúricos, quien sufría de muchas depresiones, en palabras de Billy Wilder “ella tenía una capacidad natural para complicarse la vida”, en la actualidad aún las teorías sobre su fallecimiento, fechado el 5 de agosto de 1962, siguen sin esclarecerse. El otro caso fue el de Judy Garland, quien desde muy joven, debido al ritmo de trabajo de su estudio MGM, fue sometida al consumo de barbitúricos a los que se volvería adicta en su madurez, lo cual le produjo problemas con todos los estudios en los que trabajo al final de su vida, por lo que se encontraba en constante depresión, el 22 de junio de 1969.
La etapa de los cineastas académicos americanos (Scorsese, De Palma, Coppola, etc.) trajo consigo otra renovación en la comedia a manos de Woody Allen (escritor, director, actor y comediante), quien asimiló las innovaciones del cine europeo (Ingmar Bergman sobre todo) y las aplicó a la comedia para darle un tono psicológico y existencial, cosa que hacía que cualquier persona en el mundo pudiera identificarse con él, además fue quien popularizó el stand up. Sin embargo su vida personal ha estado llena de escándalos.
Y mucho más a los largo del transcurso de los años sufrieron este tipo de dificultades. Ya en pleno siglo comediantes como, Jim Carrey, Adam Sandler, Ben Stiller, Rob Schneider, Jackie Chan, Eddie Murphy, Shawn y Marlon Wayans, Jack Black, Steve Carell, Zach Galifianakis, Bill Murray, Steve Martin, Martin Lawrence¸ Gene Wilder, Peter Seller, Danny DeVito, Leslie Nielsen etc. Uno de los casos más actuales es la muerte del comediante Robin Williams, quien también emergió del stand up gracias a lo cual tenía una gran habilidad para la improvisación y juegos de lenguaje, pasó de ser la gran estrella de la comedia durante la década de los 90 a ser una sombra en los primeros años del siglo XXI, oculto en personajes animados para los que realizó doblajes, sin embargo esa pérdida de fama le ocasionó una seria depresión, además de haber sido adicto a las drogas y al alcohol desde su juventud. Las autoridades informaron que lo encontraron ahorcado en su habitación con un cinturon. Entre sus últimas películas se encuentra “Una Noche en El Museo 3” a lado del comediante Ben Stiller.
Desde la época de Freud hasta la actualidad los psicoanalistas creen que humoristas, tanto hombres como mujeres, tienen rasgos psiquiátricos que pueden ser muy similares a los de la esquizofrenia, aunque esto no se ha comprobado.