A cantar con Bing Crosby y a mover los pies con Fred Astaire este fin de año
Por Elizabeth Piña Hernández
Qué mejor género para concluir un año que el musical y más aún si está plagado de las nostálgicas melodías de estas fechas. Este magnífico filme reúne a dos de las más grandes estrellas del cine musical de todos los tiempos a Bing Crosby y Fred Astaire. Como en casi todos los musicales dirigidos por Mark Sandrich en 1942 todo gira en torno triángulos amorosos, con la maravillosa partitura de Irving Berlin de fondo.
En este caso son dos, el primero es entre Lila Dixon (Virginia Dale), Jim Hardy (Bing Crosby) y Ted Hanover (Fred Astaire), cuando Jim está a punto de proponerle matrimonio a Lila y llevarla a una granja en Connecticut, Lila lo rechaza y se compromete con Ted. Jim convierte la granja en un singular hotel que sólo abre en días festivos e invita a trabajar a Linda Mason (Marjorie Reynolds) quien se convierte en la estrella del lugar. Sin embargo un día se aparece Ted ebrio pues Lila lo ha traicionado, baila con Linda de manera tan espectacular que de inmediato su representante lo convence para buscarla y se convierta en su nueva pareja de baile. Es aquí donde inicia el nuevo triángulo amoroso, por eso Jim sabiendo que puede perder a Linda, la oculta. Pero esto no dura mucho tiempo, ya que pronto Ted la encuentra y la corteja a fin de iniciar un romance.
Esta película es ideal para estas fechas, si bien transcurre durante todo el año y nos muestra las celebraciones más arraigadas del pueblo americano como “el día de gracias” y “la independencia”, es en diciembre donde se alcanza el climax de la película y por tanto los momentos más entrañables uno de ellos es una de las más bellas versiones de la popular canción “White Christmas” (Blanca navidad) con la bella voz de Bing Crosby, versión que se hizo acreedora a un premio de la academia, la canción aparece en dos ocasiones, la primera en el ambiente hogareño del hotel, la segunda en un estudio de cine, donde Jim reconquista a Linda empleando el sentimiento más exaltado de las fechas decembrinas: la nostalgia. Y qué decir de Fred Astaire está en su mejor momento con una voz esplendida y versátil en el baile como ninguno.