Al pueblo pan y a las campañas circo – rumbo al 2018
Por Antonio Andrade / Melbourne-Australia
La clase política mexicana carece de muchas cosas, pero principalmente, de clase… esta aseveración no fue acuñada por un servidor, pero está llena de verdad y de razón.
No hace mucho que escribía sobre el circo en el que nuestros políticos han convertido todos y cada uno de los procesos electorales a lo largo y ancho de nuestro bello territorio, pero las cosas para el 2018 ya han tomado matices realmente inimaginables –risibles, burlescos y hasta ridículos-, porque no solo hemos atestiguado durante las últimas semanas la caída de sopetón de una Margarita Zavala que perdió todo soporte partidista y se vio obligada a retirarse por la puerta trasera del edificio de un PAN completamente desestructurado y agonizante, un ridículo proceso mediático donde poco a poco, todos los actores políticos con ambiciones –que no intenciones- presidenciales, han iniciado el acostumbrado intercambio de dimes, descalificaciones y diretes cual marchantas de mercado popular, sino que también, hemos certificado la indignidad con la que están dispuestos a actuar algunos personajes, con tal de obtener la más codiciada y ambicionada silla administrativa mexicana con la recientemente anunciada coalición PAN, PRD y MC –su disque frente ciudadano con México- donde una triada de dirigentes políticamente mermados, pretenden unir fuerzas en contra de lo que ellos llaman “el verdadero peligro para México”, apuntando en contra de cualquiera que represente un riesgo para sus carreras e incluso, para la permanencia de sus partidos en el escenario político/social mexicano.
Personalmente encuentro ridícula y muy divertida la obviedad con la que los partidos de mayor longevidad –que no abolengo- se han conducido a lo largo de los últimos tres sexenios, coincidiendo todos en la misma perorata amarillista de un Andrés Manuel López Obrador “peligroso” para México.
Pero no me mal interpretes querido leedor, que no pienso ponerme ni partidista, ni morenista, simplemente quiero enfatizar el terror que ha invadido por años a todos y cada uno de los personajes de la política de nuestro país, en torno a las repetitivas intenciones presidenciales del señor López quien, mesiánico o no, desequilibrado o no, infantil o no, ambicioso o no, ha sido el único en sostener –errática y caprichosamente- un discurso sólido y atinado.
El camino hacia las elecciones aún es largo y definitivamente dará mucho de que hablar, pero no podemos tomarnos a la ligera todo aquello cuanto acontece en los distintos escenarios políticos de este país que, lo queramos comprender o no, ha sido construido y forjado por nosotros, por los ciudadanos y, lo queramos defender o no, nos pertenece a nosotros y a nadie más.
En futuras entregas estaré analizando los distintos discursos de aquellos que bien podrían perfilarse de manera sólida hacia el 2018 y sobre todo, las distintas triquiñuelas cometidas y las “estrategias” tomadas hacia el proceso electoral que, sin lugar a discusiones, pondrá fuera –nuevamente- al revolucionario institucional.
Mientras tanto cuéntame qué opinas al respecto querida leedora, leedor amigo y gracias por leerme.