70 años de Cita en San Luis: los primeros pasos del musical moderno

Por Elizabeth Piña Hernandez


70-años--de-Cita-en-San-Luis-los-primeros-pasos-del-musical-moderno¿Qué tiene de entrañable una familia  común de San Luis de principios del siglo XX? Es es la pregunta que esta película nos lanza con la finalidad de invitarnos a pasar un año con los Smith y vivir con ellos las alegrías y desventuras de cada uno de sus integrantes.

A principios de los cuarenta el musical americano se estaba transformando, tal como lo había hecho en la década anterior en la cual había pasado de los musicales de la Warner Brothers que tenían un profundo aroma de denuncia social,  y de ahí, al glamour y elegancia de las películas protagonizadas  por Fred Astaire y Ginger Rogers en la RKO, pero el estilo que imperara durante los 40 lo inaugura el Mago de Oz (Fleming, 1939) producto de la unidad de Arthur Freed (productor y compositor de Broadway)  especializada en musicales y que pertenecía al estudio Metro Goldwyn Mayer. En las películas de Freed los bailes y las canciones se integran al argumento, y  los espacios cerrados (como teatros y palacios) donde tienen lugar los números se vuelven cada vez  más abiertos cosa que da un mayor toque  de naturalidad.  

Cita en San Luis (Minnelli, 1944)  tiene las características ya señaladas: todas las canciones están ligadas al argumento como The boy next door, una hermosa canción en la que Esther Smith (Judy Garland) manifiesta el naciente sentimiento amoroso hacía su vecino John Truett (Tom Drake) o la apacible y dulce  Have yourself a merry little Christmas que Esther canta a su hermanita “Tootie” (Margaret O’Brien) para alegrarle una navidad amarga debido a que su padre Alonzo Smith (Leon Ames) ha decidido aceptar un trabajo en Nueva York y la familia tendrá que abandonar su amado San Luis; los números tienen lugar en espacios abiertos como The Trolley song que es interpretada por el coro y Esther en un tranvía.  Cita en San Luis también  ofrece una mirada muy particular  de Minnelli a la infancia, pues el personaje de Tootie se aleja mucho de los arquetipos del niño de la época, hasta ese momento solo se ensalzaba el carácter tierno e inocente de los infantes, y en esta película el autor busca plasmar todos los matices: la ternura como (la canción del bambú), la picardía y cierta crueldad (escena de Hallloween) y el odio (un momento oscuro en el cual después de la canción navideña de Esther, Tootie golpea con rabia un muñeco de nieve).  Son los  primeros pasos del musical moderno, dijo Gene Kelly  de esta película, pero yo añadiría que son tan suaves y discretos como el baile de Esther frente al espejo  que siempre estarán detrás de toda ventana que mire al futuro.

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