Por andar defendiendo indios. (Texto 3)
Por Ilka Oliva Corado / @ilkaolivacorado
En los últimos días he estado recibiendo quejas en las redes sociales donde me dicen: ya vio, por andar defendiendo indios y mire lo que hace su comadre Rigoberta, y me envían enlaces de las últimas presentaciones que tuvo ella en México. Creo que cualquiera con dos dedos de frente sabe que Rigoberta Menchú no es los Pueblos Indígenas, pero ni siquiera los medios mexicanos que tienen toda la razón del mundo para estar ofendidos han dicho: “miren lo que hacen los indios de Guatemala.” Pero claro, la clase media guatemalteca tan elocuente y casta con tal de desacreditar las voces indígenas la utilizan como escudo y referente.
Se refieren a lo de defender indígenas porque en estas manifestaciones masivas de los guatemaltecos exigiendo la renuncia del actual presidente de la República y entre otras cosas proponiendo una Asamblea Constituyente, en los planes de la clase media no está incluir a indígenas, obreros, campesinos y proletarios. Y no son alcances míos, ni odio a la clase media, como algunos me lo han dicho, son testimonios de panaderos, de vendedores de mercado, de pilotos de autobús los que yo he escuchado donde me cuentan la forma en lo que los han excluido en las manifestaciones. Y lo que ellos han escuchado estando en las mismas. ¿Los testimonios de ellos no cuentan acaso? ¿No cuentan porque no son togados, periodistas reconocidos, gente “pudiente”? ¿Tendría que tener el descaro de descalificar sus testimonios porque de seguro y están ardidos “porque odian a la clase media”? ¿Porque y de seguro tienen tanto rencor en su corazón?¡Porque son unos muertos de hambre resentidos! Resulta que visto desde la clase media, todo lo que pueda decir un obrero, un campesino, un proletario, es incongruente y no tiene validez porque lo mueve el odio. Por favor…
Y también gente de la propia clase media, docentes de universidades privadas, licenciados, doctores, que me escriben molestos y a la defensiva, diciéndome que no quieren proletarios al estilo Maduro porque él demuestra lo patanes que son y que no saben ni hablar en público y que no saben de reglas de etiqueta, y que tampoco indios al estilo Evo porque no se sienten representados, que quieren a gente de la clase media porque es la única que ha demostrado ser capaz. Si pues, ahí está su capaz, (a excepción de Jacobo Árbenz y Arévalo) veamos los gobiernos que hemos tenido en las últimas décadas, de dónde ha llegado la gente a la poltrona. “Indios patas rajadas como Evo” no han sido. “Patanes como Maduro” tampoco. ¿Y cuáles han sido los resultados? Vergüenza les debería de dar haber votado por un genocida y seguir negando el genocidio. ¿Con qué derecho discriminan a los proletarios y a los indígenas? Creo que los del odio son otros, no soportan la sola idea de que un indígena cortador de granos de café o que un obrero urbano, albañil o zapatero, sea capaz de tener un criterio propio y una masa cerebral más allá del tomo para trabajar. Años luz faltan para que Guatemala sea inclusiva.
Yo no desacredito las manifestaciones de los urbanos togados, pero no puedo quedarme callada y fingir que todo está bien cuando a mí gente, de pueblo, de arrabal, cuando al proletariado y campesinado los denigran. Me han dicho que si sigo escribiendo así la clase media dejará de leerme, me vale pura estaca, yo no escribo para la clase media togada, yo escribo para los “indios patas rajadas” que nunca podrán leerme porque no saben leer ni escribir, yo escribo para los vendedores de mercado que trabajan desde las tres de la mañana hasta las doce de la media noche. Para la juventud que se pudre en las maquilas escribo.
Para los inmigrantes indocumentados del mundo entero que agonizan en la diáspora y el trabajo forzado. ¿Los togados? ¿Qué esperan que me les hinque y los reverencie por “ilustrados”? Jamás en la vida. ¿Qué solape sus majaderías y la forma en que discriminan a la gente obrera que se curte el lomo? Jamás en la vida. Yo le apuesto a un cambio profundo, sin estereotipos, sin prejuicios, sin exclusiones. Para nada voy a aplaudir repellos, la doble moral y la hipocresía.
Y si para algo existen las letras de esta vendedora de mercado y empleada doméstica es para exponer públicamente la injusticia, venga de donde venga. Me tiene sin cuidado lo que los alzados, que sí saben de reglas de etiqueta piensen. Y lo siento flor si te marchité un pétalo, pero la verdad duele. Guatemala por excelencia es clasista y racista. Mi letra siempre será en defensa de los marginados. Y sí, defendí, defiendo y defenderé a Los Pueblos Indígenas, a los obreros, a los campesinos y a los proletarios. A la gente de ladera y de pueblo. A esa juventud drogadicta, rechazada. A esos resentidos sociales de todos los tiempos. Y no busco ni necesito aceptación de la clase media, ni sus aplausos burdos ni sus repellos. Es su obligación por togados, por tener más herramientas de desarrollo, pelear por la inclusión, por una Asamblea Constituyente que sea “Plurinacional, Intercultural y Democrática.” Cito las palabras de un cartel que vi de un indígena en la manifestación del 30 de mayo en Guatemala. Ojalá que además de la jactancia sean capaces de tener la entereza, ésa no se aprende en la universidad.
Nota: como siempre, aclaro que no generalizo.