75 años de Fantasía. Más allá de los dibujos animados de Walt Disney
Por Elizabeth Piña Hernández
Con el uso de la cámara multiplano, un hallazgo técnico que consigue dotar de profundidad de campo al dibujo animado Fantasía (1940) es de todas las películas que produjera Disney, quizá la de mayor valor artístico, pues es un ejercicio poético de una inusitada libertad creativa en Hollywood y más aún para ese estudio cinematográfico. Para esta aventura Walt Disney usó los efectos especiales más adelantados de su época, dio libertad total a sus dibujantes, contrató a la mejor orquesta y a uno de los mejores directores musicales de ese entonces Leopold Stokoswki y realizó una selección musical exquisita de las más grandes obras de la música académica de entre las que destaca la Consagración de la primavera de Igor Stravinsky, compositor ruso nacionalizado estadounidense a quien Disney tuvo que convencer mostrándole los bocetos con los que se habría de ilustrar su obra.
Sin embargo lo interesante e innovador del filme es que las obras musicales no aparecen como fondo sonoro, sino que están en constante diálogo con los dibujos animados, y eso queda claro desde el momento que un músico presenta las obras en forma de números y que principian en cuanto Stokowski levanta la batuta, el cine de vanguardia, había vislumbrado esto en Ballet Mecanique por ejemplo de Ferdinand Leger con música de George Antheil, pero para el cine animado (un año antes 1939se había estrenado el primer largometraje animado de la historia del cine Blanca Nieves también de Walt Disney) esto representaba un gran paso Fantasía es un poema cinematográfico donde se abordan aspectos de la existencia del hombre que lo han acompañado desde siempre, y es quizá es en este punto donde radica su grandeza: la magia, la ciencia, la mitología y la religión
La magia aparece encarnada en Mickey Mouse, un mago que al parecer es Merlín y la obra El aprendiz de brujo de Paul Dukas; la elección musical no pudo ser más acertada pues se trata de un compositor simbolista, corriente que tenía profundas raíces esotéricas. Mickey Mouse el aprendiz de brujo sueña con dominar el cosmos a través de la magia, cuando su maestro se dispone a descansar, se apodera de su sombrero mágico para manipular escobas que realicen sus tareas domésticas las cuales se salen de control, por tanto vemos una interesante metáfora del poder y las consecuencias de cuando éste es mal encauzado.
La ciencia se une la animación y a la música de la Consagración de la primavera de Stravinsky, para presentarnos la creación y evolución del universo. La obra original es un ballet en la que se representa el sacrificio de una doncella, en esta parte de Fantasía también hay sacrificios: muere un orden para dar paso a otro.
La mitología aparece representada en una apacible escena en la que vemos el amor entre centauros, en constante diálogo con la sexta sinfonía “Pastoral” de Beethoven; los dibujantes y la música (de fascinante patetismo) logran trazar el carácter épico carácter de los dioses griegos como quizá sólo fueron imaginados por los grandes poetas y cantores de la antigüedad.
La religión es presentada por Disney en forma de folklore medieval donde la música de Modest Mussorgsky Una noche en el monte pelado, sirve de acompañamiento a una fiesta de espíritus oscuros presidida por el mismísimo Satanás, celebración que se rompe con el estruendo de las campanas de la iglesia y la entrañable Ave María de Schubert, la cual nos invita a elevar el espíritu para concluir este viaje de espejos del alma humana.