Pasante de moda
Por Elizabeth Piña Hernández
Un mano a mano entre dos estrellas que representan a su época, por un lado Robert DeNiro que es una de las grandes figuras de la llamada segunda época dorada de Hollywood, a la que pertenecieron Coppola, Scorsese, Brian de Palma y en la que él realizó grandes papeles que pasarán a la historia del cine mundial como Vito Corleone en el Padrino II(Coppola, 1974), Travis Bickle en Taxi Driver (Scorsese, 1976), Jake LaMotta en Toro Salvaje (Scorsese, 1978) y al entrañable Noodles en Érase una vez en América (Leone, 1984). Del otro lado tenemos a Anne Hathaway una actriz de esta época en la que los actores deben combinar papeles de relleno con obras de los cineastas más importantes como David Fincher, Christopher Nolan, que ha crecido poco a poco desde la saga del Diario de la princesa (Marshall, 2001), El diablo viste a la moda (Frankel, 2006), donde tuvo otro mano a mano con Meryl Streep, en el filme musical Los miserables (Hooper, 2012), Batman. El caballero de la noche asciende (Nolan, 2012). Si bien la directora de esta película afirma que su intención era revivir de algún modo la química en pantalla que había entre Spencer Tracy y Katharine Hepburn: la tranquilidad y el nerviosismo.
Una hermosa dueña de un exitoso negocio dedicado a la moda, Jules (Anne Hathaway) no se toma demasiado bien el hecho de que la compañía contrate como becario a un hombre de 70 años Ben (Robert DeNiro), pero eso irá cambiando progresivamente, ya que poco a poco el hombre comienza a convertirse en alguien indispensable, debido a la experiencia y templanza que ésta le da para salir de cualquier dificultad, no sólo laborales sino también conyugales, por esa razón Ben se convierte en una pieza fundamental no sólo de la empresa sino de su vida.
El mano a mano en cuanto a actuación refleja las épocas a las que perteneces ambos, DeNiro con esa extraordinaria habilidad combinar la contención más pura a la explosividad, Hathaway el nerviosismo e inestabilidad de la comedia romántica actual.