Atracción Fatal. Una mujer obsesiva
Por Elizabeth Piña Hernández
Si hablamos de los años 70 y 80 nos encontramos con Michael Douglas hijo de la figura mítica Kirk Douglas a quien le debe parte de su carrera cinematográfica y su parecido al actor aunque con un escaso talento. Se ganó el Oscar al mejor actor por su interpretación del financiero corrupto, ambicioso en Wall Street (1987) premio que le valió el reconocimiento de la industria.
Para ese mismo año se estrenó Atracción fatal un thriller psicológico dirigida por Adrian Lyne protagonizado por Michael Douglas, Glenn Close, Anne Archer. Nos cuenta la historia de Dan Gallagher un exitoso abogado de New York con una familia estable y un trabajo bien remunerado. Tras un fin de semana en el que se ausenta la madre y la hija, Dan conoce Alex (Glenn Close) una mujer atractiva con la cual surge una apasionada aventura. Pero Alex resulta ser una mujer peligrosa y obsesiva lo cual desencadena una historia fatal.
La trama resulta ser la infidelidad con una amante que permite todo, a la que no le gusta la formalidad y la que no exige nada. Una amante carente de cariño y con un deseo de tener un hombre con el cual pasar los fines de semana. Estas relaciones a diferencia del amor no exigen un compromiso como el que hay con una esposa o una mujer “buena y pura”, la cumplidora de los estándares de un ideal desde el punto masculino. Pero termina siendo una obsesión que se confunde con amor, es así como Alex se vuelve obsesivo, agresivo, manipulador hasta el grado de intentar matar a la mujer de su amante, pues es una mujer que carece de límites. Esto lleva a Dan Gallagher a una progresiva degradación que lo convierte en un hombre violento que casi asesina a Alex.
Adriane Lyne es un cineasta que siempre busca profundizar en la degradación progresiva de los personajes, por eso su versión de Lolita (1997) es más explícita que la de Kubrick, pues busca mostrar a todas luces la perversidad de Humbert, o en La Escalera de Jacob (1990) donde el terror se funde con los traumas post bélicos: demonios que lo llevan a su redención. Atracción Fatal, pertenece más a la primera película aquí citada con referencias muy claras a Vestida para matar (De Palma, 1980) y Psicosis (Hitchcock, 1960).