Editorial Primera Quincena de Diciembre
El fanatismo tropical de la contienda a la presidencia ha llegado a su fin, al igual que la inminente e impostergable final de futbol mexicano, una vez más ha triunfado el nepotismo, las agresiones y el blindaje de avenidas y calles, dizque para asegurar el posible e intolerable cambio de estafeta para el pasado sábado 1° diciembre…
La razón dependerá del punto de vista de cada uno de los que habitamos este país. Los ciudadanos argumentaremos un sinfín de anomalías, que no recibirán solución alguna, aunque el legislador petista Fernández Noroña se pare de pestañas en espera eterna de una respuesta…
El blindaje de avenidas también poseé propiedades didácticas pues puede utilizarse como chantaje sentimental, sobre todo cuando se trata de denigrar a toda la clase política por ser autoritarios y tecnócratas, pero sabemos que siempre existen los helicópteros y otros medios de transporte desconocidos para “la prole” que estarán disponibles para nuestros representantes quienes fingirán indignación, aunque sus intereses estén centrados, cual monjes de la trilogía Jedi de George Lucas en la llegada del mesías legítimo…
¿Qué podemos esperar de nuestra clase política? que por cierto se ha propuesto la internacionalización para obtener elogios y conquistar el reconocimiento global digno de las otras estrellas cinematográficas como Chuck Norris o Charles Bronson cuya edad dinosáurica asemeja la del partido tricolor, tal vez en épocas de redes sociales el uso de los viejos símbolos con una pulidita nos convenza de la refulgente legitimidad del nuevo PRI…
El silencio sepulcral que dará credibilidad al proceso electoral de julio pasado es sin lugar a dudas algo parecido a lo que sucedió en 2006, cuando una calamidad injustificada llenó de gloria a unos cuantos que asumieron el poder durante 12 largos años…
¿Seguiremos viendo sobre las calles de reforma a grupos subversivos como antorcha campesina, los 400 pueblos, los miembros del SME o encuerados cuya estética anatómica deja mucho que reclamar, qué refrendarán en gritos y plantones a lo largo del sexenio aquello sabido por todos, en nuestro país la cultura política es escasa y se reduce a la obtención de miserables beneficios a partir del intercambio de favores?
Yo soy 132 o 33 o 34 surge como protesta al cambio planeado desde hace años pero ha perdido fuerza y credibilidad, aunque no debemos confiarnos pues tal vez este movimiento fungirá como piedra en el zapato presidencial como en su momento lo fuera el ejército zapatista de liberación nacional allá por 1994…
Entendamos pues cual será nuestro destino en este país para los próximos años, entendamos que desde Gustavo Díaz Ordaz pasando por Miguel de la Madrid, de Salinas de Gortari y de dos sexenios panistas, seguiremos con esta mística de supervivencia dirigida a la extinción, aunque si los mayas hacen de las suyas el próximo 21 de diciembre tal vez estás sean palabras necias para el escrutinio de generaciones de arqueólogos interplanetarios de eones por vislumbrar.