Sentirse cualquier otra cosa
Hoy me he sentido una gaviota.
Para ser sincera hasta me parecía a ellas: distraída, buscando nuevos horizontes, con esa sed inmensa de aventura, de mirar hacia arriba y seguir el vuelo. El tiempo va marcando tu vida, y hay un momento de está, que te das cuenta por fin qué eres y a dónde vas, qué quieres llegar a ser y en dónde quieres estar. Dejar de ser otra entre miles, y poder ser yo.
Y con estos primeros aleteos me he sentido libre, he a llegado a la tranquilidad de que puedo hacer lo que me propongo y que ahora ya sé que me voy a proponer.
¿Te haz sentido cualquier otra cosa que no eres?
Un león, un elefante, un zorro, un personaje que haz adoptado cómo tú, que te ha hecho explotar aquello que no demostrabas hasta hoy, y que necesitas para sentirte bien. Bueno, pues así me he sentido yo, y es justo que encuentres en tu vida un equilibrio entre lo que eres y lo que te propones ser, y que te arriesgues a ser cómo alguno de ellos, tal vez: fuerte cómo un león, delicado cómo un pescado, atrevido cómo un gato, transformado cómo una mariposa, siéntelo, vívelo, disfrútalo. Creemos una especie tan real, tan llena de dos mundos y naturalezas no distintas, mucho menos iguales, pero extrañas entre si.
¡Vamos a ser quién ya nos hemos propuesto pero aún no lo hemos conseguido; y así, vamos a vivir lo suficiente para haber vivido bien!