La gota que derramó el narco
Por: Ángel Omar Barbosa Hernández
Las investigaciones y operativos para detener a la delincuencia organizada en el estado de Michoacán no cesan, y debido a la presión de la sociedad el problema no puede ser tan fácilmente ocultado. Los resultados se darán a largo plazo y peor aún, la solución puede sufrir un retroceso si las partes que combaten a los chicos malos se enfrentan entre ellos.
La vida en el Estado de Michoacán llegó a un punto tan difícil que la justicia por propia mano se encarnó en los llamados grupos de autodefensa, dispuestos a enfrentar a los cárteles de la droga debido a la ineficiencia de las autoridades para detener la violencia que estos generan.
Estos grupos generaron varias consecuencias, algunas inesperadas pero efectivas. Por un lado, el país, si ben ya sabía la situación en el estado, volteó a mirarlo con preocupación e interés. Michoacán se convirtió en un foco rojo de ingobernabilidad y ejemplo para muchos otros que experimentan la misma situación de violencia y tráfico de drogas. También, el gobierno se dio cuenta de que ya no se podía hacer de la vista gorda para ignorar problema que se les había ido de las manos desde hace muchos años.
El caso tomó más importancia cuando las autoridades se enfrentaron a quienes tenían el mismo objetivo que ellos. Los grupos de autodefensa se enfrentaron a los militares, mientras que los cárteles se sentaban cómodamente en sus casas de lujo comiendo palomitas viendo cómo entre los “chicos buenos” se enfrentaban entre sí.
Puedo ser el único loco, y lo entiendo pero ¿No creen que esta situación tiene rasgos muy sospechosos desde diversos puntos? Cuando iniciaron sus operaciones estos grupos muchos nos preguntamos de dónde adquirieron sus armas. Curiosamente algunas de ellas eran AK-47, bueno cuernos de chivo, pues. Las favoritas de los narcos. De acuerdo con los grupos de autodefensa los Caballeros Templarios son los únicos que ocupan la zona caliente y en general todo el estado de Michoacán, cuando sabemos que los cárteles pelean entre ellos para ganar territorios en toda la República. Cuando los militares enviados por el federal arribaron al estado hubo un accidente donde un ciudadano michoacano perdió la vida, este hecho se dio a conocer por un video colgado en Youtube. Después de esto, el gobierno se dio cuenta de que necesita a estos grupos para enfrentar al crimen organizado y decidió integrarlos a la legalidad, y ellos gustosos se acercaron a los militares que alguna vez los agredió para legalizar su puesto y armas. Para cereza del pastel aparece el líder de la PGR, Jesús Murillo Káram diciendo que los grupos de autodefensa son patrocinados por El Cártel Nueva Generación.
Hagamos un experimento de adaptación. Si los grupos de autodefensa fueron creados por otros cárteles para eliminar a la competencia, han logrado un gran avance. Incluso lograron que sus títeres fuesen legalizados para ejercer con todas las de la ley. Lavado de violencia con éxito. Su estrategia fue más allá de la inteligencia federal. Si su objetivo es realmente genuino y su levantamiento es por desesperación al no haber solución por parte de las autoridades (in)competentes lograron que todo el país volteara a ver el problema tan grave que se vive en el estado y consiguieron que el Federal tomara cartas en el asunto, cartas que debió haber toma desde hace años con inteligencia.
Cualquiera de las dos adaptaciones refleja una verdad lamentable: los michoacanos ya no pueden vivir así. Cualquiera que ésta sea verdad la decisión se tomó para terminar con una situación deplorable de pobreza, miseria, extorciones, amenazas y una mala imagen que desafortunadamente rebasó fronteras internacionales. Michoacán ha levantado la mano para llamar la atención, Michoacán alza la voz para decir basta. Michoacán está listo para un cambio está dispuesto a esperar un poco más si con esto le aseguran que será libre por fin, pero de no lograrse esto las consecuencias pueden tornarse más agresivas. Una situación que no se puede ignorar.