Eduard de la Cruz, el mexicano que buscó el Higgs
Por Verenise Sánchez
México, DF.- (Agencia Informativa Conacyt).- Eduard de la Cruz Burelo nació hace 39 años en una comunidad humilde del estado de Tabasco y aunque su situación económica no auguraba un buen futuro académico, él siempre tuvo el sueño de ser científico.
“Cuando uno tiene un sueño hay que tener el valor y la fortaleza para perseguirlo, además hay que tener la pasión para dedicarle todo el tiempo que sea necesario”, manifestó De la Cruz Burelo, quien actualmente es uno de los físicos mexicanos más destacados a nivel internacional por su participación en el descubrimiento del bosón de Higgs, considerado uno de los hallazgos científicos más importantes de los últimos tiempos.
Además de colaborar en el experimento Solenoide Compacto de Muones (CMS, por sus siglas en inglés) en el Gran Colisionador de Hadrones (LHC, por sus siglas en inglés), el tabasqueño también participa en el Gran Colisionador de Hadrones del Laboratorio de Partículas Elementales (Super KEK B, por sus siglas en japonés).
Aprovechar el aburrimiento
Desde los ochos años Eduard comenzó a trabajar en una tienda con su papá y como había ratos en que no había mucho trabajo, él se aburría; sin embargo, decidió aprovechar esos tiempos “muertos” para leer una enciclopedia.
Al principio no estaba seguro de que podría entretenerse leyendo una enciclopedia de 16 tomos; no obstante, en esta encontró una fascinación por la ciencia, que pronto se convirtió en el principal motor para levantarse cada mañana para ir a la escuela y después ir a la tienda a trabajar.
La enciclopedia abarcaba desde biología hasta arqueología, física, química y matemáticas, recordó con emoción Eduard.
“A mí me sorprendió mucho cómo los grandes descubrimientos y desarrollos científicos y tecnológicos habían hecho evolucionar el mundo. Yo decía ‘quiero ser arqueólogo para encontrar todas esas cosas perdidas que mencionan en la historia’. Sin embargo, el tiempo fue pasando, entré a la secundaria y a la preparatoria y me di cuenta que lo que más me fascinaba de la ciencia era el universo”.
Así fue que decidió estudiar física. “Desde que leí la enciclopedia supe que quería estudiar algo relacionado con la ciencia, no quería estudiar algo que fuera tan común como contaduría o derecho. Afortunadamente el campus de la Universidad Juárez Autónoma de Tabasco más cercano a mi comunidad era el de ciencias básicas, así que decidí estudiar física”.
Un universo por descubrir
Cuando empezó a estudiar física no sabía todo lo que el destino le depararía, pues jamás imaginó que la ciencia lo llevaría a conocer decenas de países y a participar en los experimentos más importantes a nivel mundial.
“Como físico me veía dando clases, pero en el tercer año de la carrera la Academia Mexicana de Ciencias me apoyó con una beca para hacer un verano de investigación y lo realicé en el área de cosmología en el Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav)”.
Ese verano científico cambió las perspectivas de lo que él podría lograr. “Cuando llegué al Cinvestav vi que había gente trabajando a nivel profesional la ciencia, no solo filosofaban, sino que publicaban en revistas de prestigio mundial, había estudiantes de maestría, doctorado, posdoctorantes, viajes al extranjero, conferencias, todo lo que hace un profesional de la ciencia”, recordó.
Después de descubrir apenas una pequeña parte de lo que era el “mundo” científico quedó tan emocionado y motivado que regresó a Tabasco a concluir lo más rápido posible su licenciatura, para poder inmiscuirse de lleno a la investigación.
Así, al finalizar de manera satisfactoria la licenciatura, regresó a la ciudad de México para continuar con sus estudios de física. Por su promedio y los buenos resultados obtenidos en sus exámenes de ingreso fue aceptado por el Cinvestav para hacer directamente el doctorado. Con esto se convirtió en el primer estudiante de posgrado en física que venía de Tabasco.
“A pesar de que me gustaba mucho la cosmología empecé a ver que había otros problemas, como el origen del universo y de cómo es que estamos aquí. Entonces dije ‘voy a empezar por estudiar no lo grande del universo, sino lo chiquito, cómo es que se estructura la materia’”.
Amor por las partículas elementales
Fue entonces que empezó a involucrarse en lo que después se convertiría su gran pasión: las partículas elementales. “Surgió la oportunidad de trabajar con investigadores de física de partículas y después de dos años de intenso trabajo —y gracias al apoyo del Conacyt— me fui al Fermilab, que es el laboratorio de altas energías de Estados Unidos, donde colaboraba en ese momento el grupo mexicano. Llegué al experimento D0 y en seis meses los mexicanos logramos demostrar que podíamos hacer muchas cosas. En 2007 anunciamos el descubrimiento de una partícula formada por tres quarks denominada Cascada b”.
Por su buen desempeño, al concluir el experimento lo contrató la Universidad de Michigan como posdoctorante y lo envió a la Organización Europea para la Investigación Nuclear (CERN, por sus siglas en francés) a trabajar en el experimento A Toroidal LHC ApparatuS (ATLAS), que es uno de los más grandes del Gran Colisionador de Hadrones.
“Durante cuatro años colaboré en la preparación de ATLAS para la búsqueda del Higgs y de otras cosas que íbamos a realizar para hacerlo funcionar. Después recibí la propuesta de regresar a México, inicialmente la hizo la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), pero como no se materializó me invitaron a colaborar en el Cinvestav y otras universidades”.
Ya una vez que se incorporó al Cinvestav, regresó al Gran Colisionador pero ahora para trabajar en el experimento CMS y ahí vivió de cerca el descubrimiento del bosón de Higgs, hallazgo por el cual en 2013 le otorgaron el premio Nobel a los científicos François Englert y Peter W. Higgs.
Este descubrimiento —que contribuye a la comprensión del origen de la masa de las partículas subatómicas—, no es como se pudiera imaginar en el que un científico lo observó una vez y salió a anunciarlo, sino que un grupo de científicos tuvieron que observar centenares de estas partículas para comprobar que efectivamente se trataba del buscado bosón de Higgs, relató.
Docencia y divulgación, sus otras pasiones
Además de la investigación, Eduard de la Cruz también disfruta realizar actividades de divulgación e impartir clases, pues señala que es una manera de retribuir al país la oportunidad que se le dio —con las diferentes becas que recibió— de estudiar.
“Yo regresé a México para dar clases porque considero que es importante aprender pero también es relevante transferir todo ese conocimiento y camino que uno ya anduvo”.
Subrayó que durante los siete años que ha impartido clases ha ayudado a graduar a cuatro estudiantes de doctorado y siete de maestría. Actualmente trabaja con cinco estudiantes de doctorado y dos de maestría. De estos 11 estudiantes no todos se han quedado en la academia, sino que se han incorporado en la industria para realizar transferencia tecnológica que impulse una economía basada en el conocimiento.
“No me he quedado en la academia, uno de mis graduados trabaja en la iniciativa privada en Mérida, él es gerente de la administración de datos de una empresa de energía sustentable, eso para mí es una muestra de que lo que aprendió conmigo le permitió no solo quedarse en la academia, sino trabajar en la parte de transferencia tecnológica”.
Asimismo, manifestó que actualmente con un estudiante de doctorado trabaja un modelo de alertas tempranas de inundaciones que planean implementar en el estado de Tabasco.
Señaló que en los próximos años continuará trabajando muy duro para alcanzar más metas. “Quiero crear mis propias líneas de investigación en física de altas energías, quiero crear mi propia identidad como investigador”.
¿Quién es Eduard fuera de la academia y los laboratorios?Me queda muy poco tiempo para ser alguien diferente al académico, además creo que soy el mismo afuera y adentro de la academia.Desde hace 15 años que vivo con mi esposa, ella puso una regla de oro: los domingos son familiares, y yo no hago otra cosa que no haría una persona normal, vamos al cine o a pasear y eso ha funcionado muy bien. |