Análisis del impacto ambiental en un conflicto nuclear
Por Alan Gómez Mayén
México, DF. (Agencia Informativa Conacyt).- Con motivo del Día Internacional para la Prevención de la Explotación del Medio Ambiente en IPPNW), habló en exclusiva con la Agencia Informativa Conacyt sobre las implicaciones que un conflicto nuclear tendría para el medio ambiente a nivel global, así como las consecuencias potenciales para nuestro país. la Guerra y los Conflictos Armados y en el contexto de las tensiones internacionales crecientes celebrado el próximo 6 de noviembre, Jans Fromow Guerra, médico y oftalmólogo mexicano que desde 1991 forma parte del International Physicians for the Prevention of Nuclear War (
IPPNW aglutina y moviliza a médicos de 64 países en todo el mundo, así como estudiantes y diversos trabajadores de la salud, que coinciden en la necesidad de crear un mundo más pacífico y seguro, libre de amenazas nucleares. Esta organización internacional no gubernamental es ganadora de los premios UNESCO “Beyond War” y el Nobel de la Paz 1985.
Fromow Guerra, quien se ha desempeñado como vicepresidente para Latinoamérica y actualmente es consejero internacional de dicha organización, afirmó que “no se necesita tener una conflagración mundial para que tengamos problemas muy graves, para esto nos basta un conflicto regional muy localizado. Tenemos un estudio muy interesante para demostrar esto. Lo llevamos a cabo en IPPNW junto con Alan Robock, un climatólogo y ambientalista muy importante. Fue uno de los científicos que en los setenta empezaron a alertar sobre el cambio climático y, junto con él, creamos un modelo para saber qué pasaría si hubiera un conflicto, limitado al uso de 100 cabezas nucleares, entre dos países que tienen muy pocas armas de este tipo, como son India y Pakistán, por ejemplo, que por cierto forman parte de una región muy conflictiva”.
Además de la cantidad enorme de muertos (el estudio calcula que 20 millones morirían de manera inmediata), la polución que se generaría podría provocar una nube en el hemisferio norte que reduciría los tiempos de exposición al sol, y retrasaría las cosechas de tal forma que la producción de granos en todo el hemisferio norte se vería gravemente afectada. “Se calcula que durante los siguientes cinco años, tendríamos más de mil millones de muertos en el mundo, exclusivamente de hambre. Esto demuestra que cuando hablamos de amenaza nuclear no se requiere que todos los países estén involucrados, puede ser algo regional y todos sufriríamos los efectos”, afirmó el especialista en oftalmología, quien además es tutor académico de la maestría en Ciencias Médicas en la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
México no quedaría inmune a las consecuencias de un conflicto de este tipo, ya que nuestra alimentación, en palabras de Fromow, prácticamente depende de la importación de granos. Con la escasez provocada por el desastre ambiental, los países que usualmente exportan estos productos, no tendrán el excedente necesario para continuar su comercio exterior, lo que incluso podría desatar conflictos armados por el alimento.
“Finalmente esto es urgentísimo, lo vemos lejos pero no lo está. La cantidad de dinero que se destina cada año para mantener las armas nucleares son millones y millones de dólares que se deberían de estar usando en otra cosa. Tenemos un mundo donde muchas personas no tienen acceso a servicios básicos, a comida, agua potable, energía segura. Y al mismo tiempo tenemos armas nucleares que en un instante son capaces de acabar varias veces con la vida del planeta, simplemente no es lógico”, concluyó el doctor Fromow.
Actualmente, a pesar de todos los esfuerzos de la IPPNW y otras organizaciones (incluyendo la ONU) por lograr el desarme nuclear, en el mundo existen veinte mil cabezas nucleares, cada una de ellas con un poder explosivo centenas de veces superior a las bombas de Hiroshima y Nagasaki.
Por otro lado, la tecnología nuclear como fuente de energía “sustentable” ha probado ser una opción riesgosa para los países que la utilizan: el desastre de Chernobyl en Ucrania (1986) y más recientemente el del Fukushima en Japón (2011), son ejemplos de los problemas con la seguridad en las centrales y la propensión a accidentes que conlleva el uso de la energía del átomo.
En el ensayo Ventajas y desventajas del uso de la energía nuclear, publicado por el Centro de Investigación en Energía (CIE) —actualmente Instituto de Energías Renovables (IER) de la UNAM—, se enumera el impacto al medio ambiente por la radiación y los desechos radiactivos en bosques y ríos como otro de los riesgos inherentes, así como los posibles daños a la salud que incluyen diversos tipos de cáncer para quienes trabajan cerca del material radioactivo. Según la publicación, otro punto de debate importante gira en torno a la necesidad de uranio para su producción. El uranio es un elemento natural que se extrae de la tierra, no es renovable como la energía solar o el viento, lo que posiciona la tecnología nuclear, ya sea bélica o no, como una actividad dependiente y no sustentable.
En Laguna Verde, carretera Cardel-Nautla km 42.5, Alto Lucero, Veracruz, México, se encuentra la Central Nucleoeléctrica de Laguna Verde, única central de este tipo en nuestro país. |